Las moradas

Las moradas

Del castillo interior

El libro cumbre de la mística de Teresa de Cepeda, Santa Teresa de Jesús, es Las Moradas (1588), en las que se constituye el castillo interior de los siete grados de oración que permiten la unión suprema. Esta espléndida arquitectura literaria y lingüística produce el efecto de simplicidad que la escritora pretendía para llevar al lector hacia un mundo personal que gustaría compartir. La nueva edición filológica y crítica, que Biblioteca Nueva incorpora a su colección de autores clásicos, ha sido realizada por el profesor titular de la Universidad de Jaén Dámaso Chicharro Chamorro y ofrece un texto limpio y exacto, sabiamente anotado, que se completa con una oportuna introducción donde se resaltan las condiciones ambientales de una escritura de mujer llevada a cabo entre incomprensiones inquisitoriales, raciales y de género.

  • ÍNDICE
  • INTRODUCCIÓN
    • Santa Teresa en su entorno y su época. Entre el misoginismo y la Inquisición
    • La sensibilidad prebarroca de Santa Teresa
    • Las Moradas, una obra «desconcertantemente concertada»
      • La opinión de la autora, dato imprescindible en el punto de partida
      • Los orígenes inmediatos de Las Moradas: «escribir por obediencia»
      • La salud en Las Moradas, condicionante y compleción
      • Dificultades y otros negocios en el proceso de redacción
      • El simbolismo del castillo interior
      • Algo más sobre el destinatario de Las Moradas
      • Antecedentes propios: Las Moradas y su polivalencia
      • La retórica: desarrollo y matriz de una contingencia literaria
      • Los símbolos teresianos, resultado y novedad retórica
  • NUESTRA EDICIÓN
    • El autógrafo y sus avatares
    • Mínima noticia de las peculiaridades lingüísticas teresianas
  • BIBLIOGRAFÍA
  • CRONOLOGÍA
  • LAS MORADAS DEL CASTILLO INTERIOR
  • JHS
  • MORADAS PRIMERAS
    • CAPÍTULO PRIMERO.—En que se trata de la hermosura y dinidad de nuestras almas, pone una comparación para entenderse y dice la ganancia que es entenderla y saber las mercedes que recibimos de Dios, y cómo la puerta deste castillo es oración
    • CAPÍTULO II.—Trata de cuan fea cosa es un alma que está en pecado mortal y cómo quiso Dios dar a entender algo desto a una persona. Trata también algo sobre el propio conocimiento. Es de provecho porque hay algunos puntos de notar. Dice cómo se han de entender estas moradas
  • MORADAS SEGUNDAS
    • CAPÍTULO PRIMERO.—Trata de lo mucho que importa la perseverancia para llegar a las postreras moradas y la gran guerra que da el demonio. Y en el principio cuánto conviene no errar el camino para acertar. Da un remedio que ha probado ser muy eficaz
  • MORADAS TERCERAS
    • CAPÍTULO PRIMERO.—Trata de la poca seguridad que podemos tener mientras se vive en este destierro, aunque el estado sea subido, y cómo conviene andar con temor. Hay algunos buenos puntos
    • CAPÍTULO II.—Prosigue en lo mesmo y trata de las sequedades en la oración y de lo que podría suceder a su parecer, y cómo es menester probarnos, y qué prueba el Señor a los que están en estas moradas
  • MORADAS CUARTAS
    • CAPÍTULO PRIMERO.—Trata de la diferencia que hay de contentos y ternura en la oración, y de gustos; y dice el contento que le dio entender que es cosa diferente el pensamiento y el entendimiento. Es de provecho para quien se divierte mucho en la oració
    • CAPÍTULO II.—Prosigue en lo mesmo y declara por una comparación qué es gustos y cómo se han de alcanzar no procurándolos
    • CAPÍTULO III.—En que trata qué es oración de recogimiento, que, por la mayor parte, la da el Señor antes de la dicha. Dice sus efetos y los que quedan de la pasada, que trató de los gustos que da el Señor
  • MORADAS QUINTAS
    • CAPÍTULO PRIMERO.—Comienza a tratar cómo en la oración se une el alma con Dios; dice en qué se conocerá no ser engaño
    • CAPÍTULO II.—Prosigue en lo mesmo. Declara la oración de unión por una comparación delicada. Dice los efetos con que queda el alma. Es muy de notar
    • CAPÍTULO III.—Continúa la mesma materia. Dice de otra manera de unión que puede alcanzar el alma con el favor de Dios y lo que importa para esto el amor del prójimo. Es de gran provecho
    • CAPÍTULO IV.—Prosigue en lo mesmo, declarando más esta manera de oración. Dice lo mucho que importa andar con aviso, porque el demonio le trae grande para hacer tornar atrás de lo comenzado
  • MORADAS SEXTAS
    • CAPÍTULO PRIMERO.—Trata cómo, en comenzando el Señor a hacer mayores mercedes, hay más grandes trabajos; dice algunos y cómo se han en ellos los que están ya en esta morada. Es bueno para quien los pasa interiores
    • CAPÍTULO II.—Trata de algunas maneras con que despierta nuestro Señor a el alma, que parece no hay en ellas que temer, anque es cosa muy subida; son grandes mercedes
    • CAPÍTULO III.—Trata de la mesma materia y dice de la manera que habla Dios al alma cuando es servido y avisa cómo se han de haber en esto y no seguirse por su parecer. Pone algunas señales para que se conozca cuándo no es engaño y cuándo lo es. Es de h
    • CAPÍTULO IV.—Trata de cuando suspende Dios el alma en la oración con arrobamiento o éxtasi o rapto, que todo es uno a mi parecer, y cómo es menester gran ánimo para recebir grandes mercedes de Su Majestad
    • CAPÍTULO V.—Prosigue en lo mesmo, y pone una manera de cuando levanta Dios el alma con un vuelo del espíritu en diferente manera de lo que queda dicho. Dice alguna causa por que es menester ánimo. Declara algo desta merced que hace el Señor por sabrosa manera. Es harto provechoso
    • CAPÍTULO IV.—En que dice un efeto de la oración que está dicha en el capítulo pasado, y en qué se entenderá que es verdadera y no engaño. Trata de otra merced que hace el Señor al alma para emplearla en sus alabanzas
    • CAPÍTULO VII—Trata de la manera que es la pena que sienten de sus pecados las almas a quien Dios hace las mercedes dichas. Dice cuán gran yerro es no ejercitarse, por muy espirituales que sean, en traer presente la humanidad de nuestro Señor y Salvador Jesucristo y su sacratísima pasión y vida, y en su gloriosa Madre y Santos. Es de mucho provecho
    • CAPÍTULO VIII.—Trata de cómo se comunica Dios al alma por visión intelectual y da algunos avisos. Dice los efetos que hace cuando es verdadera. Encarga el secreto destas mercedes
    • CAPÍTULO IX.—Trata de cómo se comunica el Señor al alma por visión imaginaria, y avisa mucho se guarden desear ir por este camino. Da para ello razones. Es de mucho provecho
    • CAPÍTULO X.—Dice de otras mercedes que hace Dios al alma por diferente manera que las dichas y del gran provecho que queda d'ellas
    • CAPÍTULO XI.—Trata de unos deseos tan grandes y impetuosos que da Dios al alma de gozarle, que ponen en peligro de perder la vida, y con el provecho que se queda desta merced que hace el Señor
  • MORADAS SÉTIMAS
    • CAPÍTULO PRIMERO.—Trata de mercedes grandes que hace Dios a las almas que han llegado a entrar en las Sétimas Moradas. Dice cómo, a su parecer, hay diferencia alguna del alma al espíritu, anque es todo uno. Hay cosas de notar
    • CAPÍTULO II.—Procede en lo mesmo. Dice la diferencia que hay de unión espiritual a matrimonio espiritual. Decláralo por delicadas comparaciones con que da a entender cómo muere aquí la mariposilla que se ha dicho en la Quinta Morada
    • CAPÍTULO III.—Trata de los grandes efetos que causa esta oración dicha; es menester prestar atención y acuerdo de los que hacen las cosas pasadas, que es cosa admirable la diferencia que hay de los pasados
    • CAPÍTULO IV.—Con que acaba dando a entender lo que le parece pretende Nuestro Señor en hacer tan grandes mercedes al alma, y cómo es necesario que anden juntas Marta y María. Es muy provechoso
    • JHS

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