En El extraño caso del Dr. Jekyll y Mr. Hyde —una obra escrita en la cama, entre hemorragias pulmonares—, Robert Louis Stevenson retomó la cuestión de la ambigüedad moral porque siempre se había sentido atraído por los problemas éticos. De ahí que se valiera de la libertad narrativa que le permitían sus fantásticos relatos para expresar los problemas y conflictos concernientes a la dualidad de la naturaleza humana. Y el «mal» era algo que le fascinaba especialmente.