Este número centra su atención en la relación que Pablo, Apóstol de los gentiles, tenía con las Escrituras santas de Israel, que él mismo llamaría «Antiguo Testamento». En la misma persona de Pablo, fariseo y ciudadano romano, se produce la unión de dos pueblos hasta entonces divididos: judíos y gentiles. Los primeros cristianos tuvieron la tentación, ya en el siglo II, de considerar la novedad cristiana que Pablo anunciaba un inicio absoluto que declaraba obsoleto todo lo anterior. Pero rechazar el Antiguo Testamento era ir en contra de la enseñanza del mismo Pablo que había proclamado.
- Editorial
- SECCIÓN MONOGRÁFICA
- PABLO Y LASESCRITURASSANTAS DEISRAEL
- EL USO DELAS ESCRITURASDE ISRAEL ENROM 9–11
- LA LEY DEISRAEL Y EL APÓSTOLDE LOSGENTILES
- EL ESPÍRITU Y LAESCRITURA EN LACARTA A LOSROMANOS
- PABLOY MARCIÓN
- SECCIÓN ABIERTA
- Sección Didáctica
- Sección Informativa
- 1. BOLETÍNBIBLIOGRÁFICOBÍBLICO
- 2. EL EVANGELIOEN PIEDRA
- 3. LA BIBLIA MÁSANTIGUA DELMUNDO