Eres escritor. Debes poder ser la voz que canta la historia de mi hijo, la mía, la de todos. Cual ventrílocuo, debes entonar la voz de manera que hasta mi nieto de dos años me reconozca.
El tono contemplativo de los personajes, su tendencia a la filosofía y su gusto por la literatura hace de El inmortal una obra comparable con la de escritores borgeanos de auto-ficción como Roberto Bolaño o Enrique Vila-Matas.
Pero el campo referencial de El inmortal va más allá del espacio literario de España y América del Sur. El autor rinde homenaje a Sami Tchak, de Togo, y Makency Orcel, de Haití.
Basada en una estética que mezcla humor negro y erotismo, El inmortal es un enérgico canto a la vida y a la literatura.