Cesar el movimiento se construye a partir de la observación del mundo. Un mundo visto siempre desde un yo interior que es conocedor de que la realidad es una percepción subjetiva. Parar y observar. Y refugiarse en el poema como espacio que brinda un punto de vista oculto por lo superficial y lo cotidiano. Es una mirada atenta porque es plenamente consciente del paso del tiempo, de la verdad que encierra la duda, de la importancia del amor, pero también del vacío como fuente de sentido y plenitud.