“¡Cómo no ser romántico!”, dijo Nicolás Guillén en uno de sus poemas, y él lo fue en todos los que dedicó al amor, aunque escribiera desde el modernismo o la vanguardia, o utilizara la estructura del son o se arriesgara con fórmulas cercanas a lo posmoderno. El reconocimiento universal de su poesía negra y su voluntad de denuncia social a través del verso, han hecho olvidar, muchas veces, la excelencia de sus textos intimistas. Esta nueva selección de sus poemas de amor, que amplía las anteriores, presenta al hombre enamorado, al nostálgico, al doliente, al tierno, al irónico, al autor de madrigales, en fin, al poeta que no dejó de ser romántico.
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- Índice
- El amor en la poesía de Nicolás Guillén
- El poeta Nicolás Guillén
- Madrigales
- Pétalo
- Madrigal
- Madrigal
- Madrigal
- Ana María
- Teresa
- Madrigal
- Es un amor así
- Mi chiquita
- Rosa tú, melancólica
- A Julieta
- Alta niña de caña y amapola
- Un poema de amor
- Si un beso no puede ser
- La balada azul
- Pas de téléphone
- A veces…
- Canción
- Cómo no ser romántico
- La pequeña balada de Plóvdiv
- Si a mí me hubieran dicho...
- El ruiseñor
- Aquel amor
- Igual que el mar
- Nocturno
- Piedra de horno
- Si a mí me hubieran dicho
- La muerte es un suplicio
- Vino usted de tan lejos
- Agua del recuerdo
- Verla partir...
- Glosa
- La vida empieza a correr
- Llueve cada domingo
- Soneto
- Tercera canción
- Nada
- Solo de guitarra
- En algún sitio de la primavera