Tras kohikuré (palabra sin significado) se alinean seis poemarios que circulan por aguas profundas de la condición humana, para confluir y rendir viaje juntos. Por ello se recomienda su lectura secuencial. En ese tránsito casi fluvial, desde “Del Mar y la Mirada” -ahí origen y destino- navegan enlazadas las emociones elementales, para redescubrir paisajes amables, a veces, otras áridos y tortuosos, a través de imágenes (“Evocaciones”) inspiradas en textos de distintos autores, en lugares o en situaciones que nos conmueven, o nos inquietan y paralizan, atrapados en nuestras insalvables contradicciones (“Estirpe de Caín”). Luego, llegados a una cota cero, donde todo se disuelve en luz (“Contraluz”) desembocaremos en un espacio de silencios (“Silencios Esenciales”) para encontrar por fin en “Ars Moriendi”, a modo de contrapunto en palabras del autor, “un regreso del texto al horizonte de pedestre contingencia, donde todo empieza y termina”.