Que el tiempo carcome a las putas de una manera especial lo corrobora ese aire de cansancio y de invierno que se les pone encima cuando abandonan la profesión. Esa delgada lámina de cera las vuelve inmunes a la degradación ordinaria que padecen el resto de las mujeres: habiendo participado de una profesión sagrada, aunque sea en una parte alícuota y provinciana, quedan para siempre a salvo de la decadencia ordinaria para entregarse a una suprema fuerza envejecedora que, apenas concluido el último revuelco con un vendedor de encurtidos o con un matarife municipal y sobrevenida la certeza del retiro, las protege de las devastaciones del tiempo con una decrepitud instantánea e imperecedera. trama intensa, desfilan varios tipos sociales y son protagonistas un grupo de mujeres que conviven en una tranquila casa de licencia vallisoletana hasta que las fuerzas de la decrepitud irrumpen para llevarse a la más joven, comenzando así un viaje maravilloso por tierras antiguas llenas de pasión.