Miguel de Unamuno reflexiona hondamente en este ensayo sobre la condición del hombre a principios del siglo XX, analizando la trayectoria cultural, filosófica y religiosa que lo ha llevado, a través de los siglos, hasta ese momento histórico. Con gran profundidad, Unamuno recoge y rebate, en su caso, algunas de las corrientes de pensamiento que se han ido sucediendo a lo largo de la historia de la humanidad, desde el clasicismo griego hasta las más modernas teorías del siglo XX. Unamuno trata además la problemática de la divinidad y llega a la conclusión de la necesidad espritual de creer en un Dios personal.