Turguénev fue un maestro que retrató como pocos de sus contemporáneos las pasiones del alma humana. Esta obra, Primer amor, es una buena muestra de ello. El adolescente Vladimir Petrovich, enamorado con vehemencia de la princesa Zenaida Alexandrovna experimenta sentimientos incesantemente cambiantes, tanto que incluso llegan a ser contradictorios. Amor, vergüenza, ensueños, desconcierto, ilusión, desaliento, hastío, celos, dudas… Aunque la historia pueda parecer trivial, conduce al personaje a su inexorable destino: las puertas de la edad adulta.