Franz Kafka comenzó a escribir El castillo en 1922, pero nunca la terminó. Se publicó en 1926, dos años después de su muerte. Esta obra está considerada por algunos especialistas como la obra más importante de Kafka. En El castillo se narra la historia de un agrimensor (K) que acude a la llamada de un pueblo adscrito a un castillo donde requieren de sus servicios. El encargo lo obliga a abandonar su patria, su trabajo y su familia. A su llegada se le hace saber que, en realidad, no se lo necesita. Aquí comienza su lucha contra el poder, representado por la administración del castillo. Debido a su intensidad y su complejidad intelectual, de su lectura cabe hacer gran variedad de interpretaciones y análisis, no solo literarios, sino también psicológicos, políticos, sociológicos, filosóficos o teológicos.