Sybylla Melvin es una heroína que «con su conmovedor encanto, su carácter impetuoso, su falta de decoro, está al nivel de las grandes figuras románticas del siglo XIX» (The Times).
Desde que su familia decide trasladarse a una granja y cae abrupta pero irremisiblemente en la ruina, su destino parece condenado al duro trabajo y a «una vida estéril y monótona», una perspectiva durísima para una muchacha con su «temperamento» y sus «aspiraciones». Una temporada en la gran mansión de su abuela, donde el ambiente es musical y leído y donde la corteja un joven y apuesto terrateniente, es para ella un oasis en el desierto. Pero un nuevo revés la obliga a aceptar un puesto como institutriz en casa de una familia insensible y con unos niños salvajes. Para ella, la naturaleza y la cultura no se oponen… pero no tarda en descubrir que, en el mundo que asiste a su formación, nunca dejará de ser un bicho raro.
Miles Franklin escribió Mi impresionante carrera (1901) en su adolescencia y la publicó a los veintidós años: desde entonces esta novela audaz, poética y sensual, una apología radical de la independencia donde todo es memorable, es un clásico de las letras australianas.
- Índice
- Nota al texto
- Prólogo
- [Presentación]
- Nota especial
- I. Me acuerdo, me acuerdo
- II. Bienvenidos a Possum Gully
- III. Una vida nada viva
- IV. Una carrera que casi termina antes de empezar
- V. Quejas y apuntes inconexos
- VI. Motín
- VII. ¿Habrá rosas sin espinas?
- VIII. ¡Tres hurras por mi adiós a Possum Gully!
- IX. La receta de tía Helen
- X. Everard Grey
- XI. ¡Sííí!
- XII. Una gran pasión
- XIII. Él
- XIV. Cartas, más que nada
- XV. Cuando el corazón es joven
- XVI. Cuando la suerte te sonríe
- XVII. Idilios de juventud
- XVIII. Con la brevedad que me habría gustado de la mayoría de los sermones que me han obligado a escuchar
- XIX. 9 de noviembre de 1896
- XX. Mismo tema (continuación)
- XXI. Mi comportamiento vuelve a ser impropio de una dama, otra vez
- XXII. Felices diecisiete
- XXIII. ¡Ah, una hora de amor ardiente bien vale mil años de frío recato!
- XXIV. No sabes lo que te puede deparar un día
- XXV. ¿Porque qué?
- XXVI. No presumas del mañana
- XXVII. El viaje
- XXVIII. Por la vida
- XXIX. Por la vida (continuación)
- XXX. Cuando la ignorancia es una bendición, la sabiduría es la locura
- XXXI. Discusión con el señor M’Swat
- XXXII. Ta-ta a Barney’s Gap
- XXXIII. Otra vez en Possum Gully
- XXXIV. La ausencia es el olvido
- XXXV. El 3 de diciembre de 1898
- XXXVI. Érase una vez, cuando los días eran largos y calurosos
- XXXVII. Aquel que despreciare las cosas pequeñas caerá poco a poco
- XXXVIII. Y, colorín colorado, este cuento se ha acabado
- Notas
- Créditos
- ALBA