La tesis de este libro inspirador es simple: debemos aprender de figuras ejemplares como John F. Kennedy, Martin Luther King y Salvador Allende, quienes con firmeza se rehusaron a ceder ante la tentación de la violencia desatada. Pero también de quienes, como los caribeños Frantz Fanon y Gabriel García Márquez o Julio Cortázar, nos enseñan que allí donde persiste la injusticia la lucha por realizar la justicia continúa. Sobre todo, debemos aprender de quienes distinguen entre una “paz negativa”, atenta solo a una versión muy reducida de las libertades, de otra que Guardiola llama “positiva” y constructiva. Una de las voces colombianas más leídas en el exterior sueña con la paz de Colombia, ¿qué colombiano sensato no lo hace? Todos hemos sido marcados por la violencia de nuestro país. Pero hoy hay una generación que se levanta decidida a no tolerar un día más de guerra. Su ejemplo y este libro nos inspiran al invitarnos a desenterrar nuestras raíces, en el presente, en nuestras memorias, desdichas y esperanzas para reinventarnos e inventar un país, una nación, un continente en una tierra al alcance de los sueños de nuestros hijos.