Mi cuento es el cuento. Por eso, te he escrito 12 narraciones tituladas “Historias perversas para contarte”. Son una suma de sueños, de pequeñas o grandes realidades vividas o escuchadas que, al final, se traducen en un resultado denominado cuento o relato. Historias cuya relación es una mezcla, un amarre entre el hilo de la fantasía con la realidad. El epígrafe “Horizontes y ficciones. Simples creadores de paisajes mentales” de Diana Castro Benetti, columnista de El espectador, no es una frase plasmada allí por esnob ni traída de los cabellos. Su significado me impacto y me motivo tanto que lo traslade a mi quehacer literario. Mis cuentos los llamaría “horizontes y ficciones”. Algunas historias están basadas en sueños. Otras, en la realidad con ese baño de oro que proporciona la fantasía. Otras, en la realidad con ese baño de oro que proporciona la fantasía. Ideas que surgen, pensamiento que nacen el día o de noche, revolviéndose para producir una nueva idea. Y quien realmente agita el frasco en el que subyacen las palabras, las ideas, es el hacedor de estas historias, es “un simple creador de paisajes mentales”.