«Ya lo sabe todo el mundo, el amor no entiende de raza, religión ni por supuesto de edad…, pero ¿es cierto eso o solo algo que se dice?».
Nadia no pasa por su mejor momento. A sus casi treinta y dos años vive con sus padres, lleva tiempo sin escribir, la acaban de echar del trabajo sin motivo y es la única de sus amigas que sigue soltera; aunque esto último es lo que menos le preocupa de todo. Solo está pendiente de cruzarse cada día con Álex, un yogurín doce años menor que ella. Un refresco y un futbolín son los causantes de su encuentro y un banco del parque será su refugio para huir de los malos. Se esconden en una burbuja de felicidad donde las dudas se cubren con besos, sexo, canciones y risas. Pero… ¿será el amor suficiente para olvidar la diferencia de edad?