Júbilo

Júbilo

  • Autor: Yan, Mo; Piñero Martínez, Blas
  • Editor: Kailas Editorial
  • Colección: Kailas Literatura
  • ISBN: 9788417248765
  • eISBN Epub: 9788417248772
  • Lugar de publicación:  Madrid , España
  • Año de publicación: 2020
  • Año de publicación digital: 2020
  • Mes: Junio
  • Páginas: 224
  • Idioma: Español

«Júbilo»
Mo Yan, Premio Nobel de Literatura

Mo Yan se inspira en las raíces más profundas de su biografía para construir esta novela: la del hijo de unos campesinos pobres de Shandong que sueña con ingresar en la universidad para escapar de la penuria.

A Yongle, «Alegría eterna», álter ego del autor y protagonista, sus repetidos fracasos en el examen de acceso a la universidad lo empujan gradualmente a la desesperación y a refugiarse en un mundo secreto poblado de espejismos y recuerdos.

El propio Mo Yan también sufrió la miseria en la misma provincia china, recluido en el silencio y en la soledad, y salvado por el deseo embriagador de escribir para poder «derramar y comer ravioles en cada comida».

En esta susurrante historia de astillas de agua, luz y noche, la poesía brota de los cálidos olores de la tierra sin negar la más cruda trivialidad; y Yongle, en un instante final, se siente invadido por la emoción de una alegría suprema.

  • Huanle (欢乐)
  • Documento adjunto: extracto de un ensayo de un estudiante de secundaria titulado Mi madre y sus gallinas
  • Posfacio:¿Quién es la madre de todos nosotros?62, por Yu Hua Quienes comprenden bien la literatura de los años ochenta y quienes la escribieron, casi todos conocen la novela Júbilo de Mo Yan, y también saben de la animosidad —casi agresividad visceral, diría— con la que fue acogida en el momento de su aparición y los ataques que recibió. Curiosamente, esos ataques provinieron de gentes con perfiles muy diferentes y de direcciones muy diversas, así como de puntos de vista casi contradictorios, algo que esta novela de Mo Yan logró reunir inesperadamente. Todos alzaron sus manos (algunos sus puños) contra esta obra de ficción de apenas setenta mil caracteres. Júbilo cuenta la historia de su joven protagonista Qi Wendong. Su destino se mezcla en diferentes niveles con el destino de otros personajes de esta novela de ficción, y el grito interior de Qi Wendong: … tu hermano mayor y su mujer (tu cuñada) te insultaban a menudo, tu madre se sentía profundamente decepcionada contigo, los ricos abusaban de ti, los pobres te envidiaban, las hemorroides te torturaban, los intestinos te dolían y te provocaban mareos, el sudor te ablandaba las piernas, sentían presión en la garganta y tenías muchas ganas de vomitar… bien podría ser el grito mismo de la obra Júbilo. ¿Por qué reaccionó la gente con esos ataques tan virulentos tras la lectura de esta novela? Se trata de la historia de un joven cuya vida es extremadamente difícil. ¿Cómo ha podido ofender a la gente la luminosidad radiante de esta obra? El primer rechazo de Júbilo concierne a la manera en que está contada. La ofensa de la narración de Júbilo está en su continuidad, en la que apenas hay separación entre párrafos, y en el flujo de conciencia en el que se pierde a menudo la dirección. Al lector, este aspecto le resulta insoportable. El lector busca una linealidad temporal en la historia y una lógica como en las novelas tradicionales y no la corriente desbravada (y sin fin aparentemente) de las aguas de un río que arrastra con ella innumerables cosas, todo lo que puede y algo más. El otro aspecto de la narración de Júbilo que ha hecho a los lectores poner el grito en el cielo es la descripción cruda de ciertas cosas que en ella aparecen y que ha enfurecido al lector, que siempre busca un estilo indirecto y menos ofensivo para ese tipo de asuntos. Muchas han sido las voces, y de origen muy diferente, que han coincido en esta queja y que, como las pulgas que se subían por el cuerpo de la madre de Qi Wendong, han atacado violentamente la obra; pero, a decir verdad, un retrato justo, un buen retrato y una buena descripción, por lo tanto, son siempre un retrato y una descripción crudos y desnudos como la vida misma de aquello que se quiere describir. Al mismo tiempo, Mo Yan ha reaccionado ante la respuesta histérica del episodio del acto de profanación (el deseo incestuoso entre madre e hijo) de la madre de Qi Wendong por la descripción cruda que él mismo ha hecho de ella en Júbilo —ese acto que nadie le ha perdonado en nuestro país—, como con su notoriedad como escritor, es decir, con la más absoluta indiferencia a pesar de haberle dado más celebridad. Ahora, algo nuevo hemos aprendido, sin embargo, de este episodio famoso de nuestras letras: … Las pulgas se encaramaban sobre la piel de la barriga violácea de tu madre, y subían y subían, nada las detenía… ¡Las pulgas se metían incluso en el ombligo sucio de tu madre!… Se subían también por los pechos flácidos de tu madre, esos globos deshinchados y arrugados; se subían por las costillas, por su cuello delgado, por su barbilla puntiaguda, por su boca arruinada… Nunca antes tú te habías atrevido a profanar el carácter sagrado de tu madre, pero esas pulgas, las muy atrevidas, sí que lo hacían sin importarles lo más mínimo la ofensa que estaban perpetrando… Ay, esas pulgas querían subirse por todas partes al ritmo de sus pequeños saltitos…, hasta se enredaban en el vello púbico de tu madre, y hasta se metían dentro del agujero del sexo de tu madre… Sin lugar a dudas, ¡se metían en su vagina las muy golfas!, pensaste aterrorizado. La vagina de tu madre era ese espacio que tú recorriste en primer lugar, tu lugar de origen, tu primer camino, el más tortuoso, el cuyo recorrido más te hizo sufrir y al mismo tiempo el más gozoso y jubiloso, el más largo y el más corto, el camino al lugar que amabas por encima de todas las cosas y al que querías regresar… Mo Yan ha insultado en su novela a todas las madres, sin embargo, él ha insistido una y otra vez, por activa y por pasiva, en que no ha insultado a ninguna madre. Más bien ha hecho lo contrario. En 1990 volví a leer la novela y el tema de las pulgas y la madre me llamó de nuevo la atención. Debo confesar que algo me conmovió profundamente en esta nueva lectura, hasta el punto de hacerme llorar: pude oír en mí mismo el canto de Mo Yan, su canto lleno de dolor y desesperación hacia la figura de una madre que también sufría indeciblemente y, generalizando, hacia todas las madres, también las nuestras. La barriga de la madre de Qi Wendong se había amoratado, y ella —la madre, como todas nuestras madres tarde o temprano— tenía el ombligo ennegrecido y los pechos deshinchados; tenía el cuerpo deformado, envejecido, arrugado, enfermo, como la piel que colgaba de su cuello… Esa es la madre a quien Mo Yan compuso su canto, el más realista, el más justo y en el que hay más amor. Esa madre al fin y al cabo lleva en ella nuestra ruina y nuestra descomposición. En una voz se dan dos voces diferentes. Criticar la novela Júbilo es como criticarse a sí mismo, quiero decir, a nosotros mismos, y es criticar lo que me ha conmovido de este texto. El problema no radica en la descripción de la madre en este episodio de la novela y en su posible profanación y degradación debido al deseo incestuoso de su hijo Qi Wendong, sino en el hecho de si Mo Yan ha insultado a la madre en general y, en consecuencia, a todas nuestras madres. ¿En qué ha consistido la verdadera ofensa de Mo Yan? Resulta obvio que en Júbilo se crea el personaje de una madre y ahora no viene al caso si el autor se inspiró o no en su propia madre o en otras madres, aunque todos los críticos de esta novela han coincidido en que la madre de Qi Wedong se parece a las suyas. El problema está aquí: hay una lectura obligatoria que nos lleva como punto de partida al recuerdo de los pezones dulces de nuestra madre y nuestra gratitud eterna por habernos criado; pero, antes de leer Júbilo, yo no tenía un concepto definido de lo que era una madre, y su lectura me hizo pensar en ello. ¿Cómo es en realidad una madre? Cualquiera contestaría a esta pregunta diciendo de buenas a primeras que es cariñosa, amable, generosa, justa en toda ocasión, pura en sus intenciones, protectora, y hasta creemos que es virgen, etc., pero, ¿es así en realidad? ¿No la idealizamos inconscientemente? Al fin y al cabo, nada que ver con la madre de Qi Wendong, cuya descripción en la novela parece más bien llevarnos a lo contrario. Nadie tiene una madre como la de Qi Wendong, pero cuando lo pensamos bien, todos tenemos una madre igual que ella. Lo más importante viene ahora, cuando llegamos a la conclusión de que todas las madres tienen algo en común con la madre de Qi Wendong. ¿Por qué la madre de Qi Wendong se ha convertido finalmente en la madre de todos nosotros? El narrador y el lector nos han obligado a hacernos esta pregunta. La imagen correcta que tenemos de las madres, ¿no es aquella que las identifica con seres protectores? ¿No es la de alguien indestructible? ¿No es la de alguien que siempre tiene una solución para todo? Por consiguiente, la madre que se nos presenta en las obras de ficción pasa de forma gradual a ser compartida por todo el mundo —se convierte en una imagen pública y aceptada socialmente— y es finalmente un camino fácil de recorrer para todos nosotros porque nos sentimos cómodos en él. Esa madre ya no es ni tuya ni mía, es de todos y de nadie. Los lectores, a pesar de haber tenido experiencias distintas con sus madres, aceptan esta visión uniformada e inconsciente, e incluso adoran a sus madres, o las odian, o las adoran y las odian al mismo tiempo; pero al enfrentarse con la descripción de una madre en una obra de ficción, anteponen siempre una visión única y dejan a un lado sus experiencias subjetivas. Los lectores ríen juntos y lloran juntos sobre la madre cuando leen novelas porque en ese momento solo hay una madre delante de sus ojos: la madre pública, madre de todos nosotros, y olvidan a sus propias madres como si nunca hubiesen existido. Parece que todos en este país han sido bebés probetas y solo Mo Yan ha tenido una madre de carne y hueso, y por eso puede decir sin miedo a equivocarse: … La vagina de tu madre era ese espacio que tú recorriste en primer lugar, tu lugar de origen, tu primer camino, el más tortuoso, el camino cuyo recorrido más te hizo sufrir y al mismo tiempo el más gozoso y jubiloso, el más largo y el más corto, el camino al lugar que amabas por encima de todas las cosas… Por eso, para Mo Yan, las pulgas pueden entrar en la vagina de la madre de Qi Wendong, pero no sabía que diciéndolo estaba ofendiendo al Cielo y la Tierra. Para él, las pulgas también entran en la vagina de todas nuestras madres, como en la de la suya, y no solo en la de la madre de Qi Wendong. La imagen de la madre se identifica a menudo con la madre patria. Madre solo hay una, como patria solo hay una. Un individuo puede vivir en dos ciudades, pero madre solo puede tener una por muchas ganas que tenga de discutir lo contrario. La madre tiene una superioridad fisiológica de la que carece el padre, como un camino tiene una dirección o un río una corriente. De ello no hay ninguna duda, y su posición es única e indiscutible. La palabra madre significa a nuestros oídos crianza de hijos y educación, significa sacrificio y un amor infinito que nunca le será devuelto en su totalidad, y todo ello empieza para nosotros en el útero. Quienes rechazan lo que nos cuenta la novela Júbilo lo hacen en gran medida porque rechazan la descripción realista y auténtica que se hace de una madre. Un realismo que nos acerca cada vez más a nuestras propias madres y nos aleja cada vez más de la descripción de las madres de otras obras de ficción, en las cuales hay siempre una tendencia detestable a idealizarlas, por muy feas y odiosas que sean. Una madre siempre es una madre, parecen decirnos. Ni te atrevas a meterte con la mía. ¿No pecan de arrogancia esas novelas? ¿A qué viene esa idealización que se perpetúa en nuestra sociedad como una verdad científica? Esos autores no se inspiran en hechos, sino en deseos. Quieren ver inconscientemente a sus madres así de bellas y les salen esas descripciones ridículas e irreales. Una madre puede ser de una manera u otra, pero son todas buenas, bellas por dentro y por fuera; sin embargo, a la madre de Qi Wendong en Júbilo se le marcan las costillas, tiene barriga y una boca que es una ruina. Ni siquiera encuentran palabras adecuadas en su lenguaje (el chino) para describir a sus madres. Les cuesta encontrarlas porque nadie las ha creado, mientras que Mo Yan lo ha hecho en su novela. Con decir solamente madre lo han dicho todo. Esa palabra es tan poderosa en sus mentes y en quienes la escuchan aquí en nuestro país que lo dice todo por sí misma. Por desgracia, ni siquiera se dan cuenta de que ese término (madre) se convierte cada vez que lo utilizan en algo abstracto, como cuando se habla de un país o de una etnia, o se habla de un río famoso o de un partido político también famoso. ¿No se estará cumpliendo inconscientemente con una función derivada de la piedad filial? ¿No ven en otras mujeres a sus madres y su luz todopoderosa? A veces se les oye decir mamá o madre (niang)63 en un sentido más coloquial y relajado; pero, aparte de esas denominaciones, ¿alguna más? No, la palabra madre es demasiado poderosa en nuestra cultura y un ejemplo para las hijas. ¿Quién se va a atrever a tocarla? Esta es la razón por la cual la gente canta a sus madres. La gente que ama apasionadamente a sus madres lo canta e incluso cantan a sus madres aquellos que se sienten abandonados por ellas. Merece la atención decir aquí que todos ellos cantan a sus madres, y cuando digo lo de cantar me refiero al elogio encendido de un ente idealizado que poco o nada tiene que ver con la realidad. Se trata más de una efusión lírica y subjetiva, de un deseo formado inconscientemente durante siglos en nuestra cultura, que de una realidad tangible sacada de la experiencia directa con el mundo. Cuando canta a sus madres, lo que hace la gente es reconocer el hecho de que ellas los han traído a este mundo, los han criado y les han dado amor, aunque no siempre sea así. Esas madres, insisto, acaban convirtiéndose en un producto de la imaginación y de un deseo colectivo que la novela de ficción ha ido recogiendo durante largos años en nuestra cultura, y tal vez refleja un problema más serio: una carencia en nuestra educación como adultos para afrontar la realidad tal y como es. Volviendo otra vez a Júbilo y lo que la crítica y los lectores consideran la imagen profanada de la madre, en realidad no deja de ser un rechazo al estilo literario de Mo Yan. Según ellos, Mo Yan mezcla el barro con el oro (lo bueno y lo malo) y viola así una regla sagrada de la literatura que es la desaparición del filtro del lenguaje, el que nos describe la realidad a través de ella para poder digerirla. Y peor todavía, los lectores piensan que la escritura de Mo Yan pierde en su novela el sentido de lo que está bien y lo que está mal. Por ello debemos leer de nuevo las obras de Mo Yan y leerlas con otros ojos. Una escritura que nos sorprende y que nos ha dado ejemplo de la descripción de la madre como muestra de su enorme poder de transformación de nuestra manera de ver la realidad. Recordemos ahora que es el hijo (Qi Wendong) quien ejecuta ese acto de describir a su propia madre, como hace con todos los personajes de la novela. Los vemos a través de un claroscuro que proviene directamente de la percepción de la realidad de Qi Wendong: son fragmentos sueltos de una realidad que forman un todo y que son como los copos de una nieve que se va formando capa tras capa ante nuestros ojos. La riqueza de recursos narrativos y la profusión de los hechos descritos (el contenido) es abrumadora en la obra de Mo Yan y nos hace pensar cómo es posible que los apenas setenta mil caracteres que componen Júbilo alcancen esa maestría literaria —esta novela es tan ancha y ajena como la Tierra misma—. Tomamos un camino y lo seguimos acompañados de los ojos de Qi Wendong, que nos muestra lo que vemos. El mundo se despliega ante nosotros a través de esa mirada —las alusiones a los ojos y las miradas en Júbilo son constantes— y nos dejamos llevar en un proceso de destrucción y creación incesantes. Asistimos tanto a un mundo en ruinas como a un mundo en su máximo esplendor, de júbilo y profunda tristeza, de luces y sombras, y todo ello introduciéndonos en la vagina, a veces profunda y a veces superficial, de su madre. Los ojos de Qi Wendong nos muestran a la madre como un ser débil, muy delgado, enfermo, físicamente poco agraciado, pero al mismo tiempo como un ser lúcido y consciente de la miseria en la que viven ella y su familia, y determinada a sacar a su hijo (Qi Wendong) de ella. Qi Wendong, sin embargo, dirige nuestros ojos al ombligo sucio de su madre: no solo nos lo muestra, sino que nos dice está sucio. Nos dice además que los dientes de su boca son un desastre y se le marcan las costillas porque no está bien alimentada. Hay que mencionar que esta madre está perdiendo a diario todas sus fuerzas y vemos con nuestros ojos que, más que vivir, se arrastra por ese mundo miserable que le ha tocado en suerte. Qi Wendong no puede contar con ella —la madre es analfabeta— y solo puede apoyarse en sí mismo para protegerse de los peligros del mundo y salir adelante con sus estudios. Qi Wendong es joven y, aunque no muy fuerte, goza de buena salud. Su madre lo quiere, y aquí Mo Yan emplea una voz fuerte —la suya— como una voz débil —la de Qi Wendong—. Esa es la fuerza de Mo Yan, su poder, su capacidad extraordinaria a través de las palabras para cambiar nuestra manera de ver el mundo. ¿Por qué solo si se alza la cabeza se puede ver el firmamento vacío? Si se baja, también se puede ver el cielo, y esa es la lección de Qi Wendong. La imaginación permite hallar tesoros escondidos, así como penetrar en los secretos más íntimos de las otras personas. Qi Wendong puede ver el firmamento como lo ve la multitud, y mucha gente, como Qi Wendong, cuando se excitan sexualmente, miran al cielo. En Júbilo, la madre que describe Mo Yan es una madre en decadencia, y ciertamente todos nosotros vemos a nuestras madres de la misma manera: deteriorándose a diario progresivamente. Las vemos perder sus fuerzas, su juventud, deshincharse sus pechos ya sin leche, las oímos jadear y las vemos ralentizar el paso cuando caminan. Y más que protegernos, somos nosotros quienes debemos protegerlas a ellas. Cuando cruzan una calle con vehículos, no son ellas quienes nos cogen de la mano, sino nosotros quienes les cogemos las manos a ellas. Son este tipo de cosas que nos hacen sufrir las que Mo Yan nos describe con tanto talento en sus novelas; una imagen en ruinas, y, paradójicamente, la ruina de la madre es su mayor fuerza. Como dijo una escritora inglesa64: «El tiempo y las dificultades acaban amansando a toda mujer joven avanzada a su tiempo, pero no hay fuerza terrenal en este mundo que temple a una anciana avanzada a su tiempo». El canto de Mo Yan a la madre de Qi Wendong en Júbilo es por lo tanto un canto a la ruina y la decadencia de una madre que gozó de gloria y esplendor en sus días pasados. Mo Yan no desea introducir en su canto un lirismo engañoso —quiere en él a una madre real—. El tiempo y las dificultades ya han pasado factura a esa madre, y esa madre ya es un paisaje de montañas y ríos en ruinas. Así es este tipo de madre que hace nacer en nosotros toda clase de sentimientos, que nos causa compasión y con la que simpatizamos; esa madre a quien amamos infinitamente. Amamos a esa madre cuando aparecen las pulgas y se encaraman sobre su barriga violácea y sus costillas, o cuando entran en su vagina. Sabemos que, en ese momento, las pulgas no son reales, sino que son la música de un canto a la madre, o simplemente un signo de exclamación. Esas pulgas nos hacen ver a la madre del pasado y a la madre del presente —a la madre, en unas pocas palabras, en su totalidad—, incluso a la madre en el Juicio Final. Cuando las pulgas entran en la vagina de la madre, es Qi Wendong quien está entrando en la vagina de su madre para volver a nacer. A mucha gente le han repugnado esas pulgas que aparecen en Júbilo. En realidad, son animales repugnantes y tienen razón quienes los critican, y por eso critican de paso a Mo Yan. Critican a las pulgas porque el destino de esos bichos es hacer lo que hacen y critican a Mo Yan porque ha escogido a esas pulgas —animales repugnantes, insisto— para hablar del destino de nuestras madres. Pero ¿por qué Mo Yan ha escogido exactamente a las pulgas y no a otros bichos? Antes de contestar a esa pregunta deberíamos responder a otra. ¿Por qué la historia de Júbilo ha escogido a Mo Yan? Las pulgas y los chinches son sin duda alguna unos animales impulsivos y entusiastas. Uno de los logros de la descripción de la madre en Júbilo es haber atraído hacia ella a esos bichos. Me explico. Sabemos que la madre tiene una barriga de color púrpura, está escuchimizada y tiene unos senos pansidos. Si en vez de pulgas hubiese sido una piedra preciosa (una joya), ¿no habría resultado más escandaloso para todos nosotros ver esa piedra preciosa en el cuerpo envejecido y machacado de una campesina pobre? Esa obscenidad habría dejado al lector estupefacto e indignado. Esas pulgas no parecen, por lo tanto, haber llegado a la pluma de Mo Yan de una manera caprichosa. Él no las ha invitado, las ha invitado su madre, su decadencia, como una casa abandonada y en ruinas invita a todo tipo de criaturas indeseables. Y aparte de las pulgas, ¿a quién más ha invitado el cuerpo ruinoso de la madre de Qi Wendong? Sin embargo, los lectores y los críticos de Júbilo no han creído en esas pulgas. Han creído en cambio en la voluntad de Mo Yan por traerlas a su novela y meterlas en la vagina de la madre del protagonista, y por ello Mo Yan ha insultado a todas nuestras madres… En esas frases simples con las pulgas, la madre y su vagina observamos toda la violencia y la fuerza de las que el lenguaje es capaz. Hay una lógica en esas frases más allá de lo que somos capaces de soportar —una lógica que reside en otro sitio—, y el problema radica en que esa lógica se ha separado de lo que nos cuenta la novela Júbilo. Citada aisladamente no hace justicia a Mo Yan y su obra, ni se le puede acusar de haber profanado la figura de la madre. Cuando una joven nos mira con sus ojos bellos, nos sentimos enseguida conmovidos por esos mismos ojos; pero si, tras ser arrancados de la cara de la chica, esos ojos tan bellos nos volviesen a ver, seguramente nos moriríamos de miedo. Pues bien, ahora parece que a los lectores y a los críticos les gustan esos ojos arrancados, como les gusta ver por separado ese fragmento de Júbilo separado del resto de la novela. El lector experimentado debería saber que no se puede extrapolar una parte de una novela así por las buenas y emitir juicios sobre su valor a partir de ese párrafo. ¿No intuyen el efecto nocivo que puede tener? Vemos unas hierbas verdes como el jade en un campo y unos pájaros volando en el cielo. Ese paisaje nos embriaga, pero ha habido una sequía y toda esa naturaleza se ha ido a pique —el lugar se ha vuelto un desierto en ruinas—, pero nosotros seguimos pensando en ese paisaje con sus flores perfumadas y sus pájaros cantores de bello plumaje. Algo no funciona bien en nuestras percepciones, y la realidad desaparece de ellas. Júbilo nos hace pensar por su forma y su contenido que estamos ante un clásico de nuestra literatura. ¿Por qué? Cerramos los ojos y nos ponemos a pensar en todo lo que hemos leído. Nos quedan imágenes que son locales, pero universales, y lugares que son diferentes a los nuestros, pero que nos resultan familiares. Al final, de esa narración continua nos queda un mosaico de imágenes imborrables que dialogan una y otra vez con nosotros. ¿No son eso los recuerdos? Esas imágenes, o mejor hablaría de fragmentos, conectan personajes y realidades que son muy nuestros. Nos olvidamos de las palabras, pero nos quedan las imágenes, esas puertas a los secretos más íntimos de los personajes. Esos personajes de Júbilo están hechos de la materia con la que están hechos los personajes de nuestros clásicos y sin duda alguna poseen su lustre y su dignidad; son inmortales y acompañarán al buen lector toda su vida. Hay quienes objetarían que esos personajes de las obras clásicas son del pasado y no tienen mucho que decirnos a nosotros, hijos del presente. Yo les diría que sí, esos personajes no son del presente, son del futuro. Mucha gente piensa que los escritores de hoy día deberían ser como Honoré de Balzac, Franz Kafka o nuestros Cao Xueqin y Lu Xun, pero no se dan cuenta de que hay un problema en ello. La escritura de nuestros días, ¿por qué debe adoptar la envoltura de la escritura antigua? La gente piensa que solo hay un Père Goriot, un Gregor Samsa, un Ah Q o un Jia Baoyu, pero desean que estos personajes tengan una descendencia en nuestras novelas contemporáneas. Desde nuestra manera de pensar, ¿qué aportan los clásicos? Pues en mi opinión, numerosos beneficios a la comunidad, es decir, a todos nosotros, y deseos de formar parte de esa comunidad que constituimos todos. Los clásicos fomentan lo que tenemos en común y no lo que nos separa. Cuando los clásicos empiezan a convertirse en algo abstracto por sus reglas estéticas particulares, el buen lector debe buscar lo que les falta en la literatura de su tiempo. No debe fijarse en las ropas a la moda, sino en la gente que las lleva. Este es un fenómeno que merece nuestra atención. Las novelas de ficción se crean constantemente por nuestra época y no al revés, y establecen nuestras doctrinas y nuestras verdades, y crean al lector, que busca en ellas un criterio para guiarse por el mundo. Quienes se sitúan encima de lo que se cuenta (la historia) en la novela y no oyen la voz interna que sale de esas historias ni se relacionan con lo que desarrolla esa historia acaban instalándose en la dinámica del prejuicio. La cuestión de la profanación de la madre de Qi Wendong en Júbilo… es todo lo que se ha podido criticar cuando se ha instalado en el ámbito de los prejuicios. Por consiguiente, los lectores y los críticos han estado buscando en esta novela de Mo Yan lo que no había de ella. ¿Quién es mi madre?, o, mejor dicho, ¿quién es la madre de todos nosotros? 4 de abril de 1995
  • Notas del traductor 1 La novela de «talla mediana» 中篇小说 (zhongpian xiaoshuo) 欢乐 (Huanle) fue publicada por primera vez en 1987 en la revista literaria Literatura de Pueblo 人民文学 (Renmin wenxue), dirigida entonces por el escritor y editor Liu Xinwu 刘心武 (nacido en 1942), quien destacó la libertad de estilo y el carácter profundamente innovador de esta obra, así como el hecho de que fuera una de las primeras muestras del denominado «flujo de conciencia» 意识流 (yishi liu) o monólogo interior, en el que el protagonista se habla a sí mismo, y de la escritura de vanguardia en la literatura china contemporánea, subrayando igualmente lo osado de su contenido. Esta anti-novela de crecimiento y aprendizaje con tintes autobiográficos fue muy polémica en el momento de su publicación en gran medida por estos aspectos innovadores que rompían con la linealidad del texto narrativo, pero sobre todo por el enfoque de la educación sentimental y moral del joven protagonista. La novela gira en torno al concepto de 欢乐 (huanle), y su búsqueda y definición por parte del protagonista. 欢乐 (huanle) es entendido aquí como 欢快 (huankuai), que es habitualmente traducido por la «alegría suprema» o el «júbilo», y se asocia con el «éxtasis» 狂喜 (kuangxi) a partir de su opuesto, el «sufrimiento» 痛快 (tongkuai), y este júbilo se identifica finalmente con la muerte 死亡 (siwang). 欢乐 (huanle) posee un valor poético muy utilizado en la poesía clásica del período Tang que se identifica con el valor moral y epistemológico de aquello que define la «autenticidad» 真 (zhen) o la «persona auténtica» 真人 (zhenren) y la «honestidad» 精诚 (jing cheng) en su más alto grado en el ser humano, y tiene un papel fundamental en la poesía de Bai Juyi 白居易 (772 - 846) que proviene del pensamiento taoísta resumido en el quinto párrafo de «El viejo pescador» 鱼父 (yufu) del Zhuangzi 庄子a propósito de la «autenticidad» 真 (zhen)… 饮酒则欢乐,处丧则悲哀 «la autenticidad… que en los festines donde se consume vino se identifica con el júbilo 欢乐 (huanle) y en los ritos del duelo de los funerales se identifica con la tristeza y el dolor 悲哀 (beiai)». La novela se estructura por lo tanto a partir de un proceso cognitivo taoísta fundamentado en dos opuestos: la alegría y la tristeza, el placer y el dolor. Para la presente traducción al español se ha utilizado la edición que aparece recogida en el volumen del mismo título 欢乐 (Huanle) de las Ediciones de las Letras y las Artes de Shanghái 上海文艺出版社 (Shanghai wenyi chubanshe), paginas 215-294. 2 El color verde 绿色 (lüse) con todos sus matices ocupa un lugar preponderante en la novela y se asocia al mundo de las plantas, simboliza la vitalidad y la vida en general, pero también representa la vida rural de la que quiere huir el protagonista. Este desarrolla una fobia hacia ese color que se identifica con la fobia al mundo (rural) que le ha tocado vivir. El verde es el color de la ausencia de civilización, de la barbarie, de lo crudo en estado puro, el color del campo, del lugar miserable y degradante donde vive Yongle y del que quiere escapar. Yongle acabará expresando en el texto auténtica aversión hacia él. El color verde 绿色 es además el de la naturaleza y la juventud, el de la armonía kármica y los actos en el budismo, así como el del exorcismo en esta práctica religiosa, la expulsión interna de las entidades demoniacas, de los causantes de las desgracias. 3 Yongle 永乐 es el apodo del joven protagonista de la novela cuyo verdadero nombre es Qi Wendong 齐文栋, un personaje que se identifica desde el principio del texto con el sapo cabezón 大头蟾蜍 (datou chanchu), el sapo de caña o sapo gigante, cuyo aspecto, como un ser deformado, puede resultar repugnante. El sapo simboliza la riqueza y la prosperidad, así como la fertilidad, la regeneración del yin 阴y, en consecuencia, la aspiración a la inmortalidad. La luna 月 (yue), que encarna el yin y, por lo tanto, la feminidad, acaba transformándose en un sapo porque sabe de las cualidades excepcionales reproductivas de este animal. Lo mismo sucede con las mujeres. La conversión en un sapo obedece a un objetivo: la descendencia, el deseo íntimo de la continuación de la especie y, por ello, de la inmortalidad, pero el sapo también representa en su forma animal el color verde 绿色 (lüse). 4 La protagonista femenina de la novela clásica del socialismo soviético Así se forjó el acero, la novela de Nicolái Ostrovski (1904-1936); una joven cuya belleza eslava idealizada en China fascina al joven Qi Wendong como a tantos de su generación. 5 El emperador Yongle 永乐 (1360-1424), la «eterna 永 (yong) felicidad 乐 (le)», que es lo que significa su nombre, emperador de Ming, reinó durante gran parte del siglo xv, y es el apodo del joven protagonista de la novela. El nombre de Yongle 永乐 se diferencia de huanle 欢乐, el título de la obra, por los primeros caracteres 永 (yong) y 欢 (huan), es decir, la eternidad y la felicidad, cuya asociación, la «felicidad eterna», yonghuan 永欢, es una metáfora de la muerte 死亡 (siwang) en el lenguaje poético clásico chino. 6 El Clásico de los Tres Caracteres 三字经 (San zi jing) fue el manual de base del aprendizaje de los hanzi o caracteres chinos para los niños en la antigüedad, y la adquisición de su contenido suponía el primer paso no solo para cualquiera que quisiese pasar los exámenes oficiales y convertirse posteriormente en un letrado funcionario, sino también para considerarse alfabeto. Este manual fue muy utilizado hasta bien entrado el siglo xx. 7 A la concubina Zhen 珍嬪 (1876-1900), de gran belleza física, se la considera en la historiografía china la antagonista de la otra concubina que se convirtió posteriormente en la emperatriz viuda Cixi, y fue esta última quien al final se impuso en una lucha legendaria de poder en la se mezcló una historia de amor y celos entre dos concubinas por influir al joven emperador Guangxu 光绪 (1871-1908). A la consorte Zhen se la encontraron finalmente ahogada en un pozo y todavía hoy no se han aclarado las verdaderas causas de su muerte, en principio un suicidio, aunque se sospecha que la emperatriz viuda Cixi estuvo detrás del suceso. 8 La novela del repertorio clásico chino 儒林外史 (Rulin waishi) de Wu Jingzi 吴敬梓 (1701-1754) describe la vida de varios aspirantes a ocupar los tan deseados puestos de funcionarios letrados, que debían pasar los muy competitivos exámenes oficiales organizados por la administración imperial. Se trata de una novela de denuncia de la profunda corrupción que reinaba en ese medio del funcionariado en el que se compraban bajo cuerda los títulos. 儒林 (rulin), el «bosque de los letrados confucionistas», ha pasado a designar en general en la lengua contemporánea china la clase de los educadores y los garantes de la cultura oficial. 9 La figura del personaje histórico de la emperatriz viuda Cixi 慈禧 (1835-1908), célebre por su fealdad física y su mano dura a la hora de gobernar, así como por su conservadurismo político, ha pasado al imaginario chino como una mujer endiablada, un ser monstruoso con una sed infinita de poder. 10 意识 (yishi), la facultad mental de ser consciente de algo, tiene aquí un valor fenomenológico dentro del contexto del budismo que lo asocia la imaginación. Esa toma de conciencia se realiza mediante la aparición de imágenes que explican ese fenómeno. 11 鱼 (yu) o pez y 翠 (cui) que es el color verde esmeralda y se asocia con el color de un tipo de jade 玉 (yu) puro. Hay tres tipos de tonalidades del color verde: del más neutro 绿 (lu) al verde esmeralda 翠 (cui) y el verde azulado 碧 (bi). 12 Mo Yan ofrece aquí una imagen profanada de la madre 母亲 (muqin) que fue criticada violentamente en el momento de la publicación de la novela en 1987. La descripción denigrante de la madre y su estética del feísmo fue profundamente transgresora en su época, ya que suponía un nuevo acercamiento (más realista, sin duda) a la belleza de la madre y dio pie a numerosos debates. La descripción de la madre en Júbilo rompía con la concepción de la belleza y la fealdad establecida hasta principios de los años ochenta del siglo pasado, algo que era como romper con la ideología y la estética oficiales, así como sus principios maoístas del fórum de Yan´an en los que todavía estaba basada desde 1942, que promulgaban la idealización del campesino. La fealdad y la belleza están al mismo nivel ontológico, y hay belleza en la fealdad y fealdad en la belleza, y ambas nociones obedecen a una división artificial e ideológica; pero lo que causó polémica fue la insinuación de una posible relación incestuosa entre el joven protagonista Qi Wendong y su madre a partir del deseo erótico que la madre despierta en el joven. 13 La vagina 阴道 (yindao) significa literalmente en chino el dao 道 del yin 阴, y tiene el sentido del camino o la vía del yin y todo lo que se asocia a este ámbito, como la feminidad, en oposición al yang 阳, la masculinidad, etc. 14 La madre 母亲 (muqin) como origen y lugar sagrado, el recipiente del yin 阴, y su divinización, forma parte de una visión muy enraizada en las gentes del mundo rural chino de la provincia de Shandong y ha dado lugar a numerosos cultos. 15 Aquí es donde se define el estar vivo, que es recorrer el camino 道路 (daolu) de la vida, como la integración en un mismo concepto de dos opuestos: el dolor 痛苦 (tongku) y el júbilo 欢乐 (huanle). 16 Alusión a la relación incestuosa 乱伦 (luanlun) entre madre e hijo y la patología de un complejo de Edipo no resuelto en el personaje protagonista del joven Qi Wendong. El deseo libidinal primero es el regreso al útero y, aunque físicamente imposible, se traduce en el deseo sexual (el deseo incestuoso) hacia la madre, pero también es el deseo implícito en Qi Wendong de morir (el instinto de muerte), de regreso a un estado de inexistencia, para volver a nacer. 17 Qi Wendong (Yongle) confunde en su imaginación a su madre y la difunta Yu Cuicui a través de sus pechos y establece una relación erótica con las dos que de una forma u otra ya han dejado de existir para él. 18 El suicidio entre las jóvenes en las áreas rurales en China se ha convertido en un problema social grave desde los años ochenta del siglo pasado por su magnitud. La forma escogida por estas jóvenes es por lo general la ingestión de pesticidas utilizados en los campos. 19 La esmeralda 翡翠 (feicui) es una piedra que posee unas cualidades curativas fundamentadas en las prácticas del taoísmo esotérico y que se asocia con la inmortalidad. La esmeralda es una piedra preciosa que pertenece al qi 气o soplo vital del yin 阴 (femenino). 20 El término empleado aquí es 不幸 (buxing), que es la «desgracia» o la «fatalidad», y significa también la «muerte» 死亡 (siwang). Está relacionado con otros términos que se evocan en Júbilo (Huanle) acerca del sentimiento de felicidad, como 福 (fu), 乐 (le) y 喜 (xi). 福 (fu) obedece a la «buena fortuna» y escapa a la individualidad y la noción de felicidad que esta conlleva como realización personal. Se trata de la felicidad que se obtiene dentro de una colectividad y en tanto que miembro de ella, nunca fuera. 喜 (xi) es precisamente la felicidad que se siente cuando se realiza uno de esos ritos sociales que colaboran al mismo tiempo a reforzar el sentimiento colectivo de armonía, como en una boda o un banquete, por ejemplo, y desde el punto de vista de la tradición confuciana cuyo significado se acerca a 乐 (le), pero será la perspectiva taoísta la que aportará el sentido a 乐 (le), que es utilizado en numerosas ocasiones en la novela de Mo Yan. 21 El gaokao 高考 es la prueba al final de la enseñanza secundaria que permite obtener a quien la pasa con éxito un certificado, así como una puntuación, para poder entrar en la universidad. Se trata de unas pruebas muy competitivas a las que se presentan cada año unos diez millones de adolescentes en China. 22 Cita bíblica: Mateo 14:22-33. 23 El naolingsu 脑灵素es un medicamento muy popular todavía hoy en China para fortalecer el cerebro y mejorar las capacidades cognitivas. El consumo de este medicamento, no exento de polémica, produce unos efectos secundarios parecidos a los de los alucinógenos. 24 Alusión irónica a una cita directa del capítulo X 乡党第十 (Xiangdang dishi) del Zilu 子路en las Analectas 论语 (Lunyu) de Confucio. El estudio eleva de categoría social y permite, por lo tanto, comer a quien accede a ese nivel hasta saciarse, y comer cada día. 25 Cita no exenta de ironía de unos versos del poeta y emperador Song Zhenzong 宋真宗 (968-1022) que aparecen en su poema Alentar el estudio 励学篇 (Li xue pian). El estudio comporta siempre un elevamiento de la posición moral y social de quien se dedica a él y atrae, finalmente, otras recompensas como las propiedades y las mujeres. 26 Cita de unos versos de un poema del poeta de la dinastía Tang, Li Bai 李白 (701-762), El camino a Shu es difícil de recorrer 蜀道难 (Shu dao nan). El poema de Li Bai es una de las muestras más logradas de la poesía de inspiración taoísta e intenta aportar una definición sobre la dificultad de recorrer el dao 道. 27 Se trata de un pesticida también denominado lindano cuya fórmula es C6H6Cl6 y es muy tóxico y cancerígeno, y es además muy empleado en zonas rurales en China. Expresión para decir que se llora de profunda amargura y con ganas de venganza. Galimatías extraído del capítulo VII de la novela de artes marciales y romance de muy baja calidad, a imitación de las novelas de Hong Kong del mismo estilo, pero muy popular en China durante los años ochenta del pasado siglo, Las vidas de Lu Zhong y Qi Xian 鲁中奇险传 (Lu zhong Qi xian zhuan), de 1983, de Jiang Yuanxi姜元溪,que expresa la idea de que todo el mundo teme algo o a alguien, pero lo que más se teme es finalmente pertenecer al grupo de individuos que no tienen destino predeterminado, es decir, un futuro. Cita literal sacada de las Memorias históricas 史记 (Shiji) de Sima Qian 司马迁 (145 a. C. – 90 a. C.) que es utilizada aquí con ironía. Sunzi 孙子 (554 a. C. - 470 a. C.), pensador y autor probable de un célebre tratado sobre el arte de la guerra 兵法 (bingfa) de gran influencia en el pensamiento militar chino. La luna 月 (yue) se asocia con el yin 阴y representa la feminidad por excelencia. 大德 (dade) tiene un profundo significado como persona que se conduce auspiciada por su alto sentido de la moralidad pública. Cita literal del historiador del período Song del Sur (siglo xiii), Chen Yuanjing 陈元靓, que aparece en las Precauciones en forma hablada 为吏警语 (Wei li jing yu) en una obra de carácter enciclopédico, Notas sobre un bosque inmenso de sucesos 事林广记 (Shilin guanji). La sensación de júbilo 欢乐 (huanle) o de intensa alegría se asocia a 乐 (le) y la alegría máxima 至乐 (zhile) según los «capítulos externos» 外篇 (waipian) del Zhuangzi 庄子, y este es el estado de felicidad máxima cuando se entra en el 道 (dao), una vez en él se establece la superación de la dualidad entre el placer y el dolor. 至乐无乐,至誉无誉: «en la alegría máxima no hay alegría, en la reputación máxima de un individuo no hay reputación». Este párrafo de la novela parodia esta sección del Zhuangzi. 欢乐 (huanle) desde la perspectiva taoísta puede comprenderse como la alegría de estar vivo. Alusión al capítulo 22 en su primer párrafo de El conocimiento viaja al norte 知北游 (Zhi bei you), del Zhuangzi 庄子, donde se discute la noción de 至乐 (zhile): la alegría 乐 (le) máxima 至 (zhi). La destrucción y la creación son términos complementarios y necesarios dentro del proceso transformativo de la individualidad (la conciencia individual) que se parodia en estos párrafos. 生也死之徒,死也生之始,孰知其纪: «La vida es la seguidora de la muerte, así como la muerte es el inicio de la vida; pero ¿cuál es el orden?». En esta parte se evoca de forma indirecta la concepción taoísta del agua 水 (shui), que posee ocho virtudes según la sección octava del 道德经 (Dao de jing) de Laozi 老子 y es tal vez el elemento que mejor se identifica con la definición del 道 (dao): 故几于道 (gu ji yu dao), y la virtud de la benevolencia 仁 (ren). 上善若水: «la excelencia 善 (shan) suprema es como el agua 水 (shui)». La excelencia del agua 水善 (shuishan) tiene además la función de acentuar el autoconocimiento y aclarar la mente, y la de ser por lo tanto mejor persona. Cita literal del Génesis 1: 3-5. Alusión al Salmo 27:6 y los sacrificios del júbilo en la tradición litúrgica cristiana. Génesis ١:١ – ٣:٢٤. Génesis ٢:٧. 八格牙路o bageyalu en pinyin, del japonés baka yarō que significa «idiota», «mierda», «gilipollas», etc. y se utilizaba a menudo como una exclamación por los soldados del ejército japonés en China durante la ocupación para referirse a los chinos. Como interjección, fue utilizada por los propios chinos como insulto a alguien que ejercía su autoridad mediante el uso de la violencia y la brutalidad. Convertirse al cristianismo permitió paradójicamente a muchos civiles chinos verse salvados de la muerte a manos de los soldados japoneses. El 28 de julio de 1976 en Tangshan, en la provincia de Hebei. La ineptitud de los gobernantes para predecir este terremoto y la manera como se gestionó este desastre natural provocaron una profunda desconfianza del pueblo chino hacia sus gobernantes y su ideología socialista, al tiempo que renació paradójicamente un gran interés por el cristianismo y por religiones y sectas de todo tipo que eran ajenas a las creencias locales. Muchos que sufrieron las consecuencias de ese terremoto se convirtieron temporalmente al cristianismo. Wu Zixu 伍子胥 (fallecido en 481 a. C.) fue un general del estado de Wu que ha pasado al imaginario chino como la personificación de la lealtad en momentos difíciles. «Comer el pene del hombre» 吃男人的阴茎 (chi nanren de yinjing) y «beber la menstruación de la mujer» 喝女人的月经 (he nüren de yuejing). Estas expresiones que se citan conjuntamente y que suenan vulgares y chocantes hacen referencia en la lengua coloquial del mundo rural de la provincia de Shandong, de donde es el protagonista de la novela, a algo más profundo. Se trata del conocimiento de la dualidad que conforma la realidad con el yin 阴 (aquí representada por la menstruación 月经 de la mujer, la feminidad) y el yang 阳 (aquí representada por el miembro viril masculino 阴茎 del hombre, la masculinidad), o, lo que es lo mismo, sobre cómo está hecho el mundo, su ontología, su verdadera constitución y su funcionamiento. Cita literal por parte de Qi Wenliang de un comentario realizado por una de las protagonistas, Li Ping´er 李瓶儿, en el capítulo XIV de la novela clásica erótica del siglo xvii Jin Ping Mei 金瓶梅 o La flor del ciruelo del jarrón de oro, y muy en la línea budista de la renuncia y la resignación: hay que aceptar la vida tal y como es, tanto cuando viene bien como cuando viene mal, y sin intentar oponer resistencia. La contraposición entre el buen auspicio 吉 (ji) y el mal auspicio 凶 (xiong) forma parte de la ideología implícita en la geomancia del fengshui 风水. En zonas rurales en China, y en particular en la provincia de Shandong, es común ver a muchachos campesinos masturbándose 打手枪 (da shouqiang) en esos lugares recogidos que son los cementerios y, no solo es tolerado, sino que por una explicación que tiene que ver con el fengshui se anima a hacerlo. Las tumbas son por excelencia la «residencia del yin» 阴宅 (yinzhai), ahí donde reside el yin 阴y la esencia de la feminidad. Hay por lo tanto que mantener el «soplo vital» o qi 气 del lugar (las tumbas), es decir, entre el yin 阴 (la feminidad) y el yang 阳 (la masculinidad), y la masturbación masculina (la expulsión voluntaria del semen) ayuda a equilibrar las energías de ese lugar. La masturbación tanto masculina como femenina era, sin embargo, reprimida severamente por la moral confuciana y posteriormente por el maoísmo. 心猿意马 (xin yuan yi ma) es una expresión de origen budista que sirve para describir un carácter irreflexivo y alocado en una persona. Citas parafraseadas de la obra Sobre la contradicción 矛盾论 (Maodun lun), de 1937, de Mao Zedong. 飞狐外传 (Fei hu wai zhuan) es una novela muy popular de artes marciales de Jin Yong 金庸 (1924-2018), publicada originalmente en Hong Kong en 1960. Es el 10 de septiembre en la República Popular China, que es el aniversario de Confucio. 头悬梁、锥刺股 (tou xuang liang, zhui ci gu) cita literal de la Historia de la dinastía Han (el Libro de Han) 汉书 (Han shu) del siglo v que expresa la idea de que siempre hay que sufrir para obtener lo que se desea. 大忌讳 (da jihui). El «gran tabú» al que hace referencia indirectamente aquí el maestro de fengshui de la novela es el incesto entre una madre y su hijo. 功效 (gongxiao), el éxito, la eficacia máxima según las reglas de la geomancia del fengshui, y una auténtica obsesión para los practicantes de estas técnicas esotéricas. Alusión a los nuevos valores de mercado impuestos en estos últimos años de la década de los años ochenta del siglo pasado, cuando la novela fue escrita, de profundas reformas económicas e introducción del capitalismo con «características chinas» bajo el liderazgo político de Deng Xiaoping 邓小平 (1904-1997). La abuela Liu 刘姥姥 (Liu laolao) es un personaje de El sueño del pabellón rojo 红楼梦 (Hong lou meng) de origen rural que se caracteriza por sus modales rústicos y poco refinados en un contexto extremadamente sofisticado. La abuela Liu solía visitar a la familia Jia en el Jardín de la Vista Sublime 大观园 (daguan yuan) con suma reverencia y respeto hacia ellos por sentirse de origen plebeyo y rural, e inferior a los miembros de esa familia, y aquí Qi Wendong (el protagonista de la novela) parece estar imitando la actitud de la abuela Liu. Se trata aquí de 光明 (guangming), que corresponde habitualmente a la luz del sol cuando amanece, la primera luz de día, la que rompe violentamente con la oscuridad de la noche. 阴暗 (yin´an), la oscuridad como mundo de las tinieblas, que tiene un elemento 阴 (yin), lo femenino. Salir de la oscuridad es salir de la feminidad que está cubierta 暗 (an), es decir, nacer 出生 (chusheng). El parto se describe en términos de claridad y oscuridad, de yang 阳 y yin 阴. Alusión a las Analectas de Confucio, Zilu 子路 13:2, en el que define la función del castigo 刑法 (xingfa) como necesaria para la integración moral del hombre en el mundo. 拴马桩 (shuanma zhuang) son unas esculturas en piedra con unas figuras míticas muy parecidas a las gárgolas colocadas sobre unos bloques con la forma de prismas rectangulares y muy numerosas en las zonas rurales en China. 谁是我们共同的母亲?(Shui shi women gontong de muqin?). Este extenso ensayo de Yu Hua 余华 (1960) fue publicado originariamente en abril de 1995. Este ensayo importantísimo escrito ocho años después de la publicación de Júbilo (Huanle) obedece a un intento por comprender la novela escrita en los ochenta del siglo pasado y establecer así un canon. La aportación de este ensayo de Yu Hua resultó decisiva para la comprensión de la obra de Mo Yan en China y su aceptación por los lectores y la crítica. Más allá de la cuestión del incesto entre madre e hijo y la descripción hiperrealista de la madre de Qi Wendong, en las palabras de Yu Hua subyace el debate sobre el legado de la literatura de la «búsqueda de las raíces» 寻根文学 (xungen wenxue) y el problema de la identidad en la literatura que asoma en él. Hemos tomado como fuente para esta traducción las Obras de Yu Hua 余华作品系列 (Yu Hua zuopian xilie), de las Ediciones de las Letras y las Artes de Shanghái 上海文艺出版社, 2008, páginas ١٤٥-١٦٥. 娘 (niang), que es como llama Qi Wendong a su madre en la novela. Dorothy L. Sayers (1893-1957). La cita original dice: Time and trouble will tame an advanced young woman, but an advanced old woman is uncontrollable by any earthly force. Este libro utiliza la fuente Adobe Caslon, creada en 1772 por William Caslon, quien se basó para su elaboración en el antiguo diseño holandés del siglo xvii. La primera edición de la Declaración de Independencia de Estados Unidos y su Constitución fueron editadas con esta misma tipografía.
  • Notas del traductor

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