Mientras Cornelio van Baerle trabaja por descubrir el tulipán negro, un envidioso enemigo lo acusa de ser cómplice de los hermanos de Witt, culpados de traicionar al pueblo de Holanda. Condenado a pasar el resto de sus días en prisión, Van Baerle conoce a Rosa Gryphus, la hija del carcelero, quien se convertirá no sólo en su consuelo ante la injusticia, sino en la esperanza de encontrar la flor nunca antes vista. Sólo el amor y la lealtad serán capaces de destruir las murallas de odio que impiden que la verdad y la belleza resplandezcan entre tanto infortunio.
- I. Un pueblo agradecido
- II. Los dos hermanos
- III. El discípulo de Jean de Witt
- IV. Los asesinos
- V. El aficionado a los tulipanes y su vecino
- VI. El odio de un cultivador de tulipanes
- VII. El hombre feliz conoce la desgracia
- VIII. Invasión
- IX. El cuarto de la familia
- X. La hija del carcelero
- XI. El testamento de Cornélius van Baerle
- XII. La ejecución
- XIII. Lo que ocurría en aquellos momentos en el alma de un espectador
- XIV. Las palomas de Dordrecht
- XV. El ventanillo
- XVI. Maestro y discípula
- XVII. El primer bulbillo
- XVIII. El pretendiente de Rosa
- XIX. La mujer y la flor
- XX. Lo que había ocurrido durante ocho días
- XXI. El segundo bulbillo
- XXII. Floración
- XXIII. El envidioso
- XXIV. Donde el tulipán negro cambia de dueño
- XXV. El presidente Van Systens
- XXVI. Un miembro de la Sociedad de Horticultura
- XXVII. El tercer bulbillo
- XXVIII. La canción de las flores
- XXIX. Donde Van Baerle, antes de abandonar Loevestein, arregla sus cuentas con Gryphus
- XXX. Donde empieza a sospecharse qué suplicio le aguardaba a Cornélius van Baerle
- XXXI. Haarlem
- XXXII. Última súplica
- Conclusión