Diez años después de la crucifixión de Jesús de Nazaret, la divulgación de sus enseñanzas y milagros ha dado pie a un nuevo movimiento religioso que pone en riesgo la unidad de la nación judía. La decisión de Saulo de Tarso de viajar a Jerusalén en lugar de a Damasco impedirá que ocurra el milagro que hace que abrace la causa de Cristo. Así, el curso de los hechos tomará una dirección distinta: Saulo recibirá en la Ciudad Santa el encargo de eliminar a cada uno de los doce discípulos, entonces serán ellos los que deban morir y, junto a ellos, su nueva fe.