Los mejores libros se guardan en la biblioteca de los sueños.
Este volumen heterogéneo -que, según la expresión feliz de un maestro mexicano, puede calificarse de «varia invención»- recopila cartas, prólogos, estudios, memorias y voluntarias o circunstanciales reseñas que hacen posible la fragmentaria supervivencia de algunas obras desconocidas; la índole diversa de estas va del poema épico al drama, del tratado al aforismo, del diario a los vislumbrados episodios de una novela. La parva biblioteca perdida que componen involucra célebres nombres poéticos (Orfeo, Coleridge), mitos literarios (Fausto, don Juan, don Quijote) y episodios históricos (la conquista de México); suma a la par sucesos y figuras menos notorios, como el viaje de unos monjes budistas a una región misteriosa, una ignorada novelista irlandesa, un filósofo sudamericano o un secreto sabio del Kurdistán.