No es bueno andar jugando con el pasado... ¿O quizá sí?
1944. La resistencia alemana consigue infiltrarse en la base militar secreta nazi de Hillersleben, donde se están efectuando las últimas pruebas de un gigantesco tanque equipado con un revolucionario sistema de ocultación basado en el control de campos gravitacionales. La misión de sabotaje acaba provocando la creación de una singularidad cuántica que engulle a su tripulación, enviándolos al año 77 de nuestra era.
Solo existe una posibilidad de regresar al futuro y se halla en Pompeya, pero abandonar Germania y cruzar el imperio romano no va a resultar nada fácil. El objetivo implica llegar antes de que el Vesubio entre en erupción , y al mismo tiempo intentar no modificar el pasado.
Nada..., nada fácil.