Muchos de los personajes que habitan una vida se reúnen en este libro.
Tras una separación familiar que me había dejado lejos de mis hijas y me había sumido en un mar de dudas, empecé a observar a algunos de mis compañeros y a recordar a algunas de las personas que habían pasado por mi vida. Luego, escribí una serie de «semblanzas» que reflejan mi visión del mundo en aquella época.
Las «semblanzas» corresponden a gentes que cualquiera podría haber tratado.¿Quién no ha tenido un abuelo que le contó historias, o un amigo al que perdió de vista allá en su juventud? ¿Quién no se ha encontrado con alguien que se lo sabe todo o es más chulo que un ocho? ¿Quién no tiene un conocido al que le gusta hacerse el gracioso, u otro que, sin pretenderlo, es la mar de entretenido? ¿Quién no sabe de algún individuo que se toma a sí mismo demasiado en serio? ¿Quién no ha disfrutado de la compañía de una amiga encantadora?
Cuando conozcáis a Estrella o a sir James, a Blas o a Candela, a Lug o a Adolfito, podréis decir: «Yo he tenido relación con una persona que es así o se le parece mucho».