¿Cómo puede Carrasco detener a los criminales cuando el jefe de policía y la alcaldesa persiguen sus propios intereses?
El comisario Carrasco es un valenciano de pura cepa. Le encanta comer, disfruta del sol, del mar y, por supuesto, de su ciudad. La gastronomía juega un papel esencial en su vida; para citarse con sus clientes o celebrar una reunión, siempre elegirá un restaurante de calidad o un bar de toda la vida.
El trabajo, de momento, le da menos alegrías. La jefatura de policía quiere que investigue al jefe del canal de TV regional. Este encargo viene motivado políticamente y a él le parece muy cuestionable. Antes de que la investigación arranque de verdad, le apartan del caso. Sin embargo, Carrasco no renuncia a seguir investigando no solo por tozudez, sino porque está convencido de estar haciendo lo correcto. Una decisión de profusas consecuencias. De ahí surge una historia con múltiples subtramas sobre el tráfico de drogas o la ciberdelincuencia, sin perder de vista la ciudad, sus atractivos y problemas, así como sus placeres culinarios.
Una novela policíaca no sería tal sin algo de crimen y homicidio, pero los elementos que sustentan Un caso del comisario Carrasco son más bien los personajes, sus rasgos característicos y las tramas que resultan de ellos; sin olvidar, por supuesto, los aspectos costumbristas.
El trasfondo descrito en la novela sobre la vida en Valencia, así como los lugares, los restaurantes, las especialidades culinarias son auténticos dentro del contexto de una historia inventada, e invita a conocer el sur de España y la propia ciudad de Valencia. Un libro para disfrutar de una lectura amena, no solo para las vacaciones.