La verdadera intención de los poemas de Hazte el muerto es conducirnos a una mutación antropológica del lenguaje literario, una renovación estilística en el sentido más amplio, para comunicar en palabras un surrealismo latente e impactante que pretende sacudir al lector y hacerlo entrar en un mundo de renovación formal de las normas literarias establecidas.
Sergi García Lorente sabe adentrarnos en esta mutación lingüística de la poesía, es el artífice de la recreación de imágenes que solo un poeta puede lograr, y con él asistimos a la enervación de la palabra y del concepto, en un estilo propio y que no por ello está desconectado de lo cotidiano, sino más bien forma parte de lo cotidiano. El lector vislumbrará un influjo apasionante hacia la belleza de lo innombrable, sentirá una atracción hacia la carnalidad divina y en todo momento se sentirá atrapado por unos poemas únicos y cruciales.
No nos debe extrañar nada al acercarnos a esta mutación, tal vez, es solo un proceso en el tiempo y en el espacio, algo que el autor vive y que quiere que vivamos con él, un hacerse el muerto para impregnarnos de una vitalidad que se oculta tras la palabra y una transgresión consentida para que podamos ver que todo lo que nos rodea sigue con nosotros, día a día, y que solo está en un proceso de mutación continuo.
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- Índice
- Tras el vagido
- Dilatar el iris
- Desmudez de espejo
- La invariabilidad de la prudencia
- Disección de un ácaro dormido
- Nervio y cebo
- Hacer del verso escabechina
- La idea del mal
- La precocidad del verbo
- Arquitectura básica
- Ante la ridiculez de ser yo mismo
- Contrapérdida
- La madurez tardía
- Solaz fingido
- Sin motivo
- Otra noche
- Ascensión al ático del fondo
- Invocación de la derrota
- Melpómenes
- Cero dios
- Más pan
- La palabra
- Señas
- Llegaron
- Antesis
- Mi propia profecía es mi memoria
- Mediastino
- Despojo
- Tanatosis