El movimiento modernista cuencano se desarrolló entre 1920 y 1940, marcando un período de renovación literaria en la ciudad. Revistas como Philelia, Austral y América Latina fueron vitales para difundir estas nuevas corrientes. Los poetas modernistas enfrentaron la resistencia de las tradiciones literarias locales, pero lograron introducir elementos innovadores en su poesía, incluyendo simbolismo, estética visual y una crítica social sutil. El modernismo cuencano, aunque fugaz, dejó una huella importante en la literatura de la región.