Esta biografía no plantea ni el rendido homenaje ni la exaltación romántica del autor del Quijote; no busca tampoco al judío oculto ni al homosexual vergonzante; al soldado tal vez cobarde ni al cautivo converso; a quien acaso hizo de su matrimonio una mera conveniencia social, como era costumbre, y no vida de unión en pareja, ni al callado testigo de una familia con un padre pusilánime, el cirujano Rodrigo de Cervantes, y unas mujeres licenciosas: dos de sus propias hermanas, hija y sobrina, todas ellas viviendo de cobrarse su honra a distintos hombres; al alcabalero que es posible allegara para sí de donde no debiera ni al tahúr de algún garito de Sevilla, al jaque capaz de medirse en su juventud espada en mano en duelo de sangre por unas palabras o al hombre sin rumbo negociando la galleta de los barcos; al jugador, al escritor plagiario o a quien se esconde de sí mismo soñando con ser otro. Pretende, sí, acercarnos a un Miguel de Cervantes contradictorio, “irregular” en su caso, y a sus libros.