No hay tejido posible sin un primer hilo y un primer nudo'.
De este modo fray Héctor Muñoz alienta al lector de estas breves conversaciones a recomenzar, con sencillez y entusiasmo, un camino de felicidad. No hay grandes misterios ni grandes descubrimientos. O tal vez sí: la toma de conciencia de que cada uno está llamado a vivir con plenitud. El camino es sencillo aunque no siempre fácil.
Por ello fray Héctor, con la sabiduría de la vida cotidiana que lo caracteriza, se inmiscuye en los mil vericuetos del alma tanto para delatar los sutiles conformismos como para iluminar las inmensas posibilidades de amar que se encuentran a cada paso de la jornada. Una obra suave, tierna y directa; conversaciones con el lector... caricias para el alma.
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- Índice
- Prólogo
- I. Una primera mirada
- Apetitos comunes
- El que encontró un amigo, encontró un tesoro
- Abiertos y confiados
- Debemos buscar, encontrar y conservar al amigo
- No podemos tener mil amigos
- En la buena, es fácil la amistad
- La compañia del amigo es refugio sereno
- El amor más grande
- La amistad es un cálido hogar
- Ser amigo es poder compartir
- El dolor compartido con el amigo, es más llevader
- Un amigo es "otro-yo"
- II. Ahondando el caminar
- De dos, se hace uno
- Nos hace más humanos, tanto amar como ser amados
- ¡Que triste estar solo en la desgracia!
- Todo se hace fácil junto al amigo
- Los amigos verdaderos no se pierden
- Los amigos ponen sus ojos en horizontes lejanos
- La amistad quiere que el amigo sea libre
- La amistad se afianza con el tiempo
- Entre amigos, no hay necesidad de palabras
- Todo es bueno entre buenos amigos
- La verdadera amistad no decrece con la distancia
- La amistad es un misterio de comunión
- III. No nos cansa saborear "más de lo mismo"
- La amistad reclama gestos de amistad
- Los amigos debemos corregir y dejarnos corregir
- Abrir nuestro corazón al amigo, sin temor
- Hay que frecuentar al amigo
- La distancia que nos lleva al amigo, nunca es larga
- Jesús nos llama "amigos"
- Estamos al lado del amigo que llora
- No miremos tanto al don, sino al donante
- El amigo fiel convierte nuestra soledad en compañia
- El amigo abre de par en par las puertas de su corazón al amigo
- Desde nuestra pobreza, valoramos la rica generosidad del amigo
- ¿La amistad? ¡El mayor de los regalos!
- Caricias para el alma