No hay tejido posible sin un primer hilo y un primer nudo'.
De este modo fray Héctor Muñoz alienta al lector de estas breves conversaciones a recomenzar, con sencillez y entusiasmo, un camino de felicidad. No hay grandes misterios ni grandes descubrimientos. O tal vez sí: la toma de conciencia de que cada uno está llamado a vivir con plenitud. El camino es sencillo aunque no siempre fácil.
Por ello fray Héctor, con la sabiduría de la vida cotidiana que lo caracteriza, se inmiscuye en los mil vericuetos del alma tanto para delatar los sutiles conformismos como para iluminar las inmensas posibilidades de amar que se encuentran a cada paso de la jornada. Una obra suave, tierna y directa; conversaciones con el lector... caricias para el alma.
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- Índice
- Prólogo
- I. En las cosas grandes...
“Hoy” y “De a poco”...
- Si camino y no me detengo, llego
- Una rara pero verdadera afirmación
- Pretendemos grandezas,
y somos incapaces de pequeñeces
- II. ¿Soñar o dormir?
- Un buen despertar es efecto de un sueño bueno
- El sueño es inocente, mientras que dormir es un dañino retroceder
- III. ¡No a la mediocridad, al aburrimiento y a la desilusión!
- Hay “tranquilidades” insoportables
- No aceptemos las medianías
- Hay que tachar del diccionario la palabra “aburrimiento”
- Unos pantalones llenos de nada...
- Vivimos de ilusiones
- IV. Sin enojos, cegueras y empecinamientos
- No vale la pena enojarse
- ¡Más empecinado que una mula!
- V. Con sacrificio, convicciones,
paciencia y perseverancia
- Las cosas grandes exigen sacrificio
- ¡Falta sólo un golpe!
- Construyamos hoy futuros imposibles
- ¡Hay que corajearle a la vida!
- En sufrir bien y sin tristeza consiste la paciencia
- VI. Con una sonrisa y buen humor
- ¡Qué triste estar tristes!
- La risa es el mejor antídoto contra cualquier mal
- Un santo con buen humor
- El buen humor hace que la vida sea un jardín
- VII. Unidos a la verdad, hagamos buen uso de la libertad, respetando al otro y deseando convertirlo en prójimo
- Se gana la libertad, combatiendo
- La verdadera libertad
- Decir la verdad puede ser un juego muy peligroso
- Cada uno es propietario de un poquito de verdad
- No tengamos miedo a las puertas abiertas
- VIII. Tengo apetencias desmedidas
- Midamos nuestras necesidades
- ¡Tengo mucho de nada!
- IX. No temamos reconocer nuestros errores y limitaciones
- No soy infalible
- Reconocer que me equivoqué requiere humildad y honestidad
- X. ¿Qué puedo hacer con mis miedos, mis sufrimientos, mis agresiones y mi soledad?
- ¡Sí o sí, tenemos que perder el miedo!
- Toda sombra tiene algo de luz
- Sufre quien lucha
- El valor de mi dolor
- ¡Vieja y sabia tanguera!
- Está peor el verdugo que la víctima
- Epílogo
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