No hay tejido posible sin un primer hilo y un primer nudo'.
De este modo fray Héctor Muñoz alienta al lector de estas breves conversaciones a recomenzar, con sencillez y entusiasmo, un camino de felicidad. No hay grandes misterios ni grandes descubrimientos. O tal vez sí: la toma de conciencia de que cada uno está llamado a vivir con plenitud. El camino es sencillo aunque no siempre fácil.
Por ello fray Héctor, con la sabiduría de la vida cotidiana que lo caracteriza, se inmiscuye en los mil vericuetos del alma tanto para delatar los sutiles conformismos como para iluminar las inmensas posibilidades de amar que se encuentran a cada paso de la jornada. Una obra suave, tierna y directa; conversaciones con el lector... caricias para el alma.
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- Índice
- Prólogo
- I. Nuestro corazón necesita aprender a amar
- Somos artífices de nuestras vidas
- Debemos descubrir con qué pasos
- queremos caminar y con qué fin
- Abramos los ojos
- Que nuestro amor jamás se detenga
- “Discurrir” es mejor que “discutir”
- No juzguen y no serán juzgados
- ¡Busquemos con urgencia el antivirus!
- No seamos duros, pero sí pacientes y fuertes
- Que nuestra inteligencia sea abierta
- La plenitud de la fuente
- Usemos el alma
- Demos, dándonos
- II. No existe la vida ideal, sino la que tengo: jamás perdamos la plenitud del momento presente
- Aceptemos la vida tal cual es
- Distingamos lo absoluto de lo relativo
- No pequemos de inmovilismo
- Solidarios, sí. Solitarios, no...
- No nos pongamos viejos antes de tiempo
- Amar la transparencia y la verdad
- Palabras, no... Testimonios, sí...
- No he venido a ser servido sino a servir
- Lo que importa es cómo vivir
- Demos un espacio al otro
- Soy libre porque soy justo
- Los mensajes simples de Dios
- III. ¡No a la violencia! ¡No a la mediocridad y a la tibieza! ¡No a las ambiciones desmedidas! ¡No a la difamación!
- La sangre llama a la sangre...
- Pensemos dos veces antes de hablar
- Los poetas no sirven para nada,
- sino para cantar...
- El silencio del alma
- Una pizca de sal...
- Pocas cosas bastan
- Muchas veces, la verdad duele
- Nada me llevaré a la tumba
- Para Dios no hay “casualidades”
- El acero se templa en el fuego
- ¡Cuidemos la lengua!
- Soy responsable de mi vida
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