En el principio era la palabra y la palabra se hizo en ti magia que nos elevaba con tus sermones al espacio infinito del amor y del espíritu. Tu palabra precisa, poética, que fluía con destreza y tonalidad altísimas, nos conmovía, nos enternecía y nos interpelaba en los tres minutos que subíamos contigo al prodigio del verbo, instante que bastaba para dejarnos el sabor de lo sublime y el valor de lo amado. Este librito, trabajado principalmente por manos de mujer y por manos de madre, tan queridas para ti, conmemora –trae a la memoria- y recuerda –vuelve al corazón- algunas de tus homilías, grabadas en los años dorados en que te tuvimos en tu cátedra, en tu catedral, como el querido monse, el obispo cercano para todos.
- Cover
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- Contenido
- Presentación
- Agradecimientos
- Prólogo
- Capítulo I. Palabras para evocar y reflexionar sobre el amor
- Capítulo II. Palabras para repensar el amor al prójimo
- Capítulo III. Palabras de amor que cuestionan el mundo
en el que vivimos