La presente obra pertenece a una corriente costumbrista que prácticamente ha creado un género en torno a Madrid. Su título, ese lamento inicial, no es más -como se comprobará al tocar el libro con los ojos- que una declaración despechada de amor. Comienza con una teoría sobre la personalidad modesta de esta ciudad en vertiginosa transformación, para continuar luego con una galería de personajes, que viene a ser como si le hiciéramos un corte al hormiguero humano y nos concentráramos en la observación de unos pocos individuos. Y concluye con un sabroso repaso por los usos y modos de los madrileños de este tiempo. Todo ello ilustrado por las fotografías del propio autor que son miradas amables, pero muy verdaderas, y que toman el aire y el color de Madrid.