De un tiempo a esta parte no es difícil topar con alguna información referida a Domingo Malagón Alea, quien durante décadas de clandestinidad dirigiera el equipo de documentación falsa del Partido Comunista de España —de vital importancia para el desarrollo de la lucha antifranquista y una de las caras más ocultas a todo lo largo y ancho de la historia del PCE.
Una infancia digna de Dickens, la luz de la República y su paso por Bellas Artes, el golpe de la guerra, el heroísmo de la Resistencia frente a los nazis, el exilio interminable y, por fin, el retorno a España: de todo esto se trata en estas páginas, de todo esto y de los correspondientes pormenores y quehaceres que han ido jalonando la experiencia vital de Domingo. “Mirad cómo me han salido las cosas —ha comentado alguna vez el propio Malagón— cuando después de sortear no pocas dificultades hubiera podido llegar a ser un artista de éxito, si por éxito entendemos el reconocimiento y el aplauso general del público; al final, no sé si he logrado ser un artista, pero sí sé, desde luego, que el éxito de mi actividad venía dado, al margen de otras consideraciones técnicas, por el logro de la mayor discreción posible”.