En esta selección de textos en prosa de ambos escritores, que se responden como en eco, el lector asistirá al estimulante diálogo entre el conde de Montesquiou y Proust (quien durante los veintiocho años que duró su amistad consideró al conde su «profesor de belleza»), con la polémica de fondo (de la que se ocupa el poeta Verlaine en el postfacio) entre el arte entendido como libre ejercicio de la sensibilidad de un amateur y la visión cerril de los profesionales de la literatura