¿Jaime Guzmán fue un hombre malo o bueno? ¿Incomprendido o perverso? ¿Un Maquiavelo chileno o un simple intrigante doméstico? ¿Hasta qué punto su personalidad fue moldeada por un padre ausente y una madre autoritaria? ¿Cómo se relacionaba con las mujeres? ¿En qué radicaba su carisma entre los jóvenes universitarios? ¿Creía en la democracia o era solo un representante de los ideales aristocráticos de su clase? ¿Era un autoritario sin remedio? ¿Aceptaba la violación de los Derechos Humanos? ¿Buscó en Pinochet una figura tutelar? ¿Es cierto que Lucía Hiriart lo despreciaba y que Manuel Contreras era su enemigo declarado?
Crisitán Gazmuri indaga en estas preguntas y, a través de los testimonios de personas cercanas y de sus propias experiencias, construye un mosaico que nos revela aspectos desconocidos de la personalidad de Jaime Guzmán. Un acercamiento poco convencional a un personaje que, más allá del bien y del mal, marcó para siempre la historia política chilena.