Rousseau leyó en 1753 el anuncio de la Academia de Dijon de una convocatoria para discutir el origen y fundamento de la desigualdad entre los hombres, y enseguida se puso intervenir. Sin embargo, «¿cómo conocer la fuente de la desigualdad entre los hombre si no se empieza por conocerlos a ellos mismos?» En otras palabras, ¿cómo analizar las transformaciones que conducen hacia el estado social, con todas desigualdades, sin conocer al hombre natural? El ensayo puede ser leído, además, como una gigantesca crítica de la sociedad y de sus injusticias.