Después de cinco largometrajes y diversos trabajos en otros formatos, Paul Thomas Anderson se ha erigido como uno de los autores más influyentes y complejos del cine actual. Todas sus películas se sitúan en un difuso espacio entre la gloriosa tradición cinematográfica de su país y las corrientes más rigurosas e inventivas del cine contemporáneo, pero ante todo insobornablemente personales, ofreciendo con las mismas un complejo retrato de los EEUU que, como ocurre con los grandes autores, posee resonancias universales.