Apenas se conoció la noticia del pronunciamiento del Procurador General de la Nación, Alejandro Ordoñez, se produjo un murmullo que comenzó en el auditorio de la Alcaldía Mayor de Bogotá y se fue extendiendo por las redes de internet a todos los rincones de la ciudad y luego del país. Como sucede con grandes conmociones y desastres anunciados, esta noticia era esperada como “regalo de navidad”, pero quedaba mucho campo para la especulación sobre el alcance de la sanción que impondría el todopoderoso procurador. “Destituido Petro inhabilitado por 15 años” fue la escueta frase que nos golpeó como una bomba ese lunes 9 de diciembre de 2013 a las 11:45 de la mañana.
“Increíble”, “no pensé que se atreviera a tanto”, “completamente desproporcionado”, “la arbitrariedad al servicio de los amantes de las guerra”, “la mafia del carrusel de la contratación se salió con la suya”, “es un asesinato político”, “es parte de un plan para sabotear el proceso de paz”, “una carambola a tres bandas: Petro, La Habana y Santos”. Frases como estas comenzaron a cruzar el ciberespacio al tiempo que se corría la voz ¡A la plaza de Bolívar!