Barbara Buncle, felizmente casada con su editor, encuentra en el pueblecito de Wandlebury una casita –la Casa del Arco– que le parece ideal para establecer su vida de casada, lejos de las aburridas cenas y partidas de bridge de Londres. Por una inocente casualidad, cuando visita al abogado encargado de la venta de la casa, cae en sus manos el testamento de la anciana lady Chevis Cobbe, conocida por sus enfermedades y por su manía «antimatrimonial».
Barbara y su marido se instalan en la Casa del Arco y no tardan en ser la comidilla de la vecindad. El secreto que conoce Barbara a raíz de la lectura del testamento la empujará, contra todo lo previsto, a entrometerse en la vida de una joven independiente, profesora de equitación, para impedir que dé un mal paso que supondría la pérdida de su fortuna. Y al mismo tiempo empieza su tercer libro, basado naturalmente en los habitantes de Wandlebury… aunque, a pesar de los ánimos de su marido, no querrá publicarlo, por motivos que una contraportada no puede revelar.
El matrimonio de la señorita Buncle (1936) está dedicada «a quienes disfrutaron con la señorita Buncle y pidieron más». D. E. Stevenson parece hacer suyas, también en esta novela, las palabras de su heroína: «Supongo que no hay nadie normal en el mundo, en ninguna parte».