Ambientada, como la mayor parte de la obra de Fontane, en el Berlín de la segunda mitad del siglo XIX, La adúltera es una de las grandes “novelas de mujeres” de su autor. Melanie de Caproux, descendiente de una familia de la nobleza suiza, está en apariencia felizmente casada con el acaudalado consejero comercial Van der Straaten, muchos años mayor que ella. Cuando en su vida aparece el joven Ebenezer Rubehn, Melanie no puede evitar comparar los refinados modales y la cultura de éste con los de su rudo marido. Lentamente, su creciente inclinación hacia Rubehn la empuja al divorcio, que en aquella época traía aparejado el rechazo de la sociedad e incluso de los propios hijos.
A partir de la historia, aparentemente banal, de un triángulo amoroso, Fontane traza el retrato de una mujer de rasgos sorprendentemente modernos, que es capaz de descubrir en su cómoda y convencional existencia burguesa una gran trampa vital y que se decide a dar el paso que la alejará de esa sociedad «para rehacerse a sí misma» y desprenderse así del «sentimiento mezquino que va asociado a toda mentira».