Este libro transmite la simpleza con la que se relacionan los niños. Ellos no vienen a contarnos cuál es el eje de su problema, tampoco tienen un nombre a lo que les pasa. A veces ni siquiera saben lo que sienten y menos pueden explicar los motivos de sus padeceres.
Concurren porque no se sienten bien o sus padres los observan con comportamientos o síntomas que les preocupan. El enfoque gestáltico brinda una posibilidad de trabajo genuino con los niños que les permite restablecer su armonía y mejorar su calidad de vida.
A lo largo de mi experiencia he encontrado procesos que sirven y desechados otros.
Quiero compartir este recorrido con el convencimiento que el aporte de todos, mejora nuestra práctica.
Deseo aportar mis observaciones sobre algunos de los interrogantes que se nos plantea ante el desarrollo del ser humano en esta sociedad, que cambia tan vertiginosamente que no podemos predecir cómo será su futuro.