La expansión y dominio absolutos del capitalismo global desde principios del siglo xxi ha sido generalmente atribuida a la superioridad de los mercados competitivos. La globalización se nos aparecía como el resultado natural de este proceso imparable. Pero a día de hoy, con unos mercados globales cada vez más turbios y dependientes de la intervención estatal para mantenerse a flote, se ha hecho evidente que mercados y estados no son lo que se dice fuerzas opuestas.
En este trabajo pionero, Leo Panitch y Sam Gindin demuestran la íntima relación entre el capitalismo actual y el Estado norteamericano, en especial en el papel de «imperio informal» que promueve el libre comercio y los movimientos de capital. A través de un potente análisis histórico y estadístico, muestran cómo EEUU ha supervisado la reestructuración de otros estados en beneficio de mercados competitivos, así como coordinado la gestión de unas crisis financieras cada vez más frecuentes.
La formación del capitalismo global, a través de un análisis sorprendentemente original de la primera gran crisis económica del siglo xxi, la relaciona e identifica con la centralidad de los conflictos sociales que se producen en el seno de los estados, más que entre estados; fallas emergentes que alumbran la posibilidad de unos nuevos movimientos políticos que transformen los estados-nación y trasciendan los mercados globales.