Poesía de Miguel Fernández.
- Cover
- Indice
- I
- Dulce es el júbilo, el himno de los hombres
- PRIMER HOMBRE
- Primera criatura dormida a la sorpresa
- Cuando en los plintos duermen las serpientes
- Quién que no sea un dióscuro radiante
- Pensarían los nobles que aquel estado íba
- Antes que de los hijos le llegaran sus crótalos
- Aunque los evangelistas lo olvidasen
- Cuando entonaron las corales al órgano
- Aquellos que en la plaza
- Dómine, gloria
- Fue pesaroso el caminar. En andas
- Cuánta pasión quisiera ver nacida
- Porque la caridad obliga, rostros alicaídos
- Allá, en el centro del versículo
- He visto, por mis sueños inventados
- Quien retuvo en sus ojos el paisaje nativo
- Extranjero en la plaza, tus ojos se aposentan
- Delante de las llaves, al amparo de las interminables puertas
- Mientras sucede la resurrección de la carne
- Hay cada tarde, entre el sosiego, una bruma de mártires
- Talla el rayo su garra en lentos nimbos
- Tú, mi caudal, mi río sosegado
- II
- ATRIBUTOS HEREDITARIOS
- Como el signarse la frente con óleos santificados
- Como el fuego que dora su opulencia
- Partir la fruta, sazonar viandas
- Estaba por venir esa alianza
- Subían hacia el campo, romería gozosa
- Mediodía del banjo
- Era un luto entornándole los ojos
- Cerca del mar anclaba el pueblo sus liqúenes
- Hunde el albatros su potente vuelo
- El cruel trabajo de apresar los días
- Vienes a la oración, entre sumisas
- LA SEQUÍA
- No brotará saliva de tu lengua, Yahveh
- Memento de los vivos, piedad deshabitada
- BIOGRAFÍA