En la poesía de Alfredo R. Placencia culminan una originalidad inapreciable y la sencillez digna de imitación, sus composiciones se distinguen por su estilo llano, inspirado en las cosas más triviales, y al mismo tiempo conmovedor, que raya muchas veces en lo sublime; las expresiones familiares tienen en sus versos un sentido nuevo: son como el agua que se bebe en vasijas de olor. Se encuentran en este volumen sus tres libros iniciales de 1924, los póstumos El vino de las cumbres, La franca inmensidad, El padre Luis, Tumbas y estrellas y La oración de la Patria y dos recopilaciones no publicadas en libro a la fecha: Varones claros y Bienaventuranzas.
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- Índice
- Sumario
- Prólogo. Para una resurrección de Alfredo R. Placencia, por Ernesto Flores
- El libro de Dios [1924]
- El libro de Dios
- El dueño del libro
- El divino disfraz
- Lucha divina
- Ciego Dios
- Miserere
- La llamada de Cristo
- Los gritos de las cosas
- La vuelta
- La paz
- I. Dejad que cante la cautiva, libre…
- II. ¿Dónde bebió el Amor esa pujanza…?
- III. ¡Oh! Dejadla. Que cante la cautiva…
- La lamparita
- I. He dejado apagarse tu Lamparita…
- II. Eres niño chiquito. Se me figura…
- Abre bien las compuertas
- El cristo de Temaca
- I. Hay en la peña de Temaca un Cristo…
- II. Mira al norte la peña en que hemos visto…
- III. Oh mi roca…!
- La cruz de Cristo
- Mi Cristo de cobre
- Bienvenida sea
- I. ¿Eres tú la Sunamitis pura y blanca…?
- II. La tibia luz de la luna…
- III. Verán los siglos un drama…
- IV ¿Eres Tú la Sunamitis, cuyo dulce imperio abarca…?
- Lo que hace la limpia
- Pasionaria
- I. Ábreme, tengo frío…
- II. No, yo no sé soñar; eso es mentira…
- III .Ábreme y cantaremos, celebrando…
- IV. ¡Oh… qué mal tan profundo y tan extraño…!
- V. Aquí sigo, Señora, a tus umbrales…
- Capellán de la virgen…
- Epitalámica
- I. Por senderos de juicio y de justicia…
- II. Mientras da la mandrágora su aroma…
- III. Cuentan que está en el corazón…
- IV. Por senderos de juicio y de justicia…
- El primer signo
- La divina respuesta
- I. Abagar, rey toparca…
- II. ¡Oh…! Bienaventurado…
- La doble sillería
- llena de gracia
- Que yo muera temblando
- I. Llena de gracia iba la descuidada Eva…
- II. Siguiéronse los años a los años y, un día…
- ¡Qué cosas…!
- Soy una de ésas
- Ten piedad
- San Pedro bendito
- Las dos cosas que quiero
- Vida de víctor
- I. Es la vida de Víctor sobre la tierra…
- II. Con razón, todavía dentro del cuerpo…
- III. No la vid brota el vino, sino la fuente…
- La muerte de Malaquías
- Dolorosa
- I. Señora clementísima…
- II. ¡Qué tormentos los suyos…!
- III. Jesús, bendito fruto
- IV. Dura pena en los senos…
- V. ¡Oh Madre egregia! Cuando…
- El paso del dolor [1924]
- El paso del dolor
- Autónoma
- I. “Ése que clama es el dolor”…
- II. Está bien…
- La dueña de las rimas
- I. La madre octogenaria del convento…
- II. Demacrada, a la puerta del convento…
- III. Supe yo que la madre estaba enferma…
- IV. Me conmovió la lástima…
- V. La madre octogenaria…
- El paso del dolor. Primera parte
- Los muertos encerrados
- I. Apretáronse los clavos…
- II. Catorce años han corrido…
- La caña quebrada
- Llamada a los poetas
- La tumba muda
- La guitarra griega
- Mis versos de hoy
- Las manos cerradas
- A ver qué queda
- El gran beso de Dios
- El clavo
- El granado
- Llora, bendice, besa
- Veintisiete años
- Tibia sombra impalpable
- Las urnas
- Pálida enferma mía…
- El paso del dolor. Segunda parte
- Puesta del sol
- La segunda llamada
- El telegrama
- La cuesta de temaca
- Madre ida
- El amor grande
- Última estrella
- La casa maldita
- I. Partir es lo mejor; ¿a qué me quedo…?
- II. Desde aquel día en que caíste muerta…
- III. ¿Arcano o maldición? ¿Cómo se acierta…?
- Mi gran frío
- Tus reliquias
- La tumba viva
- El dolor heredado
- Ajena a todo
- Lejana
- Vida nueva
- La concha quebrada
- Acción de gracias
- Del cuartel y del claustro [1924]
- El ajenjo se tira
- De sor Eulalia
- La sombra del soldado
- La voz de las montañas
- Juntando gritos
- Va chilapa rezando
- ¡Blanca muertita mía!…
- Volveré
- El falso grito
- El retorno frustrado
- El pobre manco
- La muerte del soldado
- En ropa blanca
- El cráneo roto
- La lágrima caída
- Mi última pena suma
- Las cosas de los soldados
- Montañas de Jerez
- I. Amaneció Jerez lleno de sangre…
- II. Nadie jamás os huelle…
- III. Montañas de Jerez: yo no os maldije…
- IV. ¡Montañas de Jerez, tristes montañas…
- El buen bartolo
- Enterradores
- Las palas
- De viaje
- Con un poco de olvido
- El vino de las cumbres [Póstumo, 1959]
- El vino de las cumbres
- La peña de Temaca
- I. Mi peña está ceñida…
- II. Roca en eterna floración, contesta…
- III. Feliz el que contrito…
- IV. ¡Oh…! ¡Bienaventurado el que ha sentido…
- V. También mi peña es joven…
- Adiós Temaca
- Umbra victi (I)
- A las puertas de Antonio
- I. Un pequeño era Antonio y era yo otro pequeño…
- II. Antonio acolitaba en el tiempo que digo…
- III. Antonio, grande amigo…
- La última prueba
- Confidencia
- Vienes como lo pienso
- Tú eres aún pequeño
- I. Solfea, niño amigo, en tu Eslava, solfea…
- II. Tú y yo somos hermanos. Aunque esté encanecido…
- El dolor de retorno
- Cuatro de enero
- De eso me estoy muriendo
- Lo que dicen mis amigos
- Viuda y no viuda
- I. Tanto se dijo y fue tan comentado…
- II. Un día… ¡digo mal! ¿Serlo podría…
- III. Tendida está en el valle y en la loma…
- IV. Acabada la luz, si no el trabajo…
- V. ¡Todo en amor se envuelve! Las cabañas…
- VI. Y ¿quién es Nicanor? Es un labriego…
- VII. ¡Dorotea es ya otra! ¿Desde cuándo?…
- VIII. Nicanor ha cambiado…
- En qué paró el soprano
- I. Así me habló mi madre en un tiempo lejano…
- II. Y “¡Es artista!” dijeron los que tocar me oían…
- III. Y vínome un día la idea desastrada…
- IV. Vino un músico, un día, de cabello entrecano…
- V. Hoy la caja está sola con soledad que mata…
- VI. Vais la merced a hacerme de buscar a ese artista…
- VII. Todo estoy conturbado. La solemne pavura…
- VIII. Señora: tú me hablas… Ha sonado la hora…
- La voz del paria
- El vino inútil
- El éxodo
- I. El mal aventurero
- II. La gente buena
- III. El buen dulcero
- Escapada
- Por lo que quiero irme
- La fatiga de las puertas
- Hachea
- El hombre enemigo
- Tebaida
- La franca inmensidad [Póstumo, 1959]
- La franca inmensidad
- Viendo a la inmensidad
- Cumbre
- El descubrimiento de san Francisco
- Ad altare
- La nueva ilíada
- I. Diré adiós sin quejarme, cuando ciegue…
- II. Cuando estaba cegando y se diría…
- III. De la luz del gran ciego de la Ilíada…
- Menelik, el buen perro
- I. Último yerro
- II. Lo que yo pienso
- III. Nunca dejes la casa
- IV. Bordón del ciego
- V. Mi pena es por el perro
- VI. Los dos a misa
- VII. El ciego de mi tierra
- VIII. El ciego Fernando
- IX. Mi violín de cedro
- X. Los ciegos billeteros
- XII. Lo que también pienso
- XII. ¿No sabes que te amo?
- XIII. El perro en la horca
- El gran perro de bronce
- El perro del sena
- Meritísimos perros
- I. Desde que no soy nadie…
- II. No olvidaré a Sultán, can fidelísimo…
- Los nueve capellanes
- Hermanos capellanes
- Los capellanes rezan y ríen los monagos
- Una ventaja
- Beatitud
- La gente injusta
- Callada
- El salto de Temaca
- El mal turiferario
- La enmienda
- Acostarse en el mar
- Desde la cárcel
- La oración del aeda
- Gotas de sangre
- I. Ni cenizas… ni nada…
- II. Yo vi la palidez de su semblante…
- III. ¿Por qué tienen mis cuerdas estrofas…?
- IV. Estoy descalzo y desnudo…
- V. ¡Cuán tristes se apagan allá en el ocaso…!
- VI. Memoria de mi padre…
- VII. Dadme a beber dolor los que aprendisteis…
- VIII. ¿Quién recoge los gritos…?
- IX. Hay en el panteón chispas de fue…
- X. Cuando se apagan allá en el ocaso…
- XI. Recuerdo que una vez, cuando vivía…
- XII. Yo no sé de dónde vengo…
- Versos de sangre
- Me habla la eternidad
- El padre Luis [Póstumo, 1959]
- El padre luis
- Cómo era el padre luis
- Lo que un muerto se ama
- El lego
- Tenía una campana
- La escuela de los viejos
- I. Terminaron los niños las labores del día…
- II. Guardó el padre las llaves…
- Albura
- El miedo a los caballos
- El vértigo
- Padre luis, no te mueras
- ¿Quién apaga el amor…?
- Cura mi mal
- Lo de “teresa”
- Viernes santo
- I. Es Viernes Santo…
- II. Ha desleído el día…
- III. Han llamado a la puerta…
- IV. Fue quien llamó el apóstol párroco de Tequila…
- V. El padre Luis, que mira con sus ojos de santo…
- La señora vicenta
- I. Cuentan las tradiciones…
- II. La señora Vicenta…
- III. La señora Vicenta…
- La primera siesta
- I. No hay clases ahora…
- II. El buen padre Luis…
- III. Está el campanario que se desbarata…
- Cargando un muerto
- I. El padre Luis ha muerto, y es necesario…
- II. Traigo hinchados los hombros, cargando al muerto…
- Nuestro último viaje
- El pedazo de vía
- Orillado al escarpe
- No mires mis yerros
- 25 de agosto
- Almas enfermas
- I. Ven conmigo a la sombra
- II. ¡Canto a veces y qué! ¿Nomás por eso…?
- III. ¿Será vida esta vida…?
- IV. ¿Quién puso de las almas en el fondo…?
- V. Tiende la vista y ve. Por el camino…
- VI. ¿Qué hace ese hogar tan pobre y tan vacío…?
- VII. Tú tienes compasión de los que sufren…
- El amor de los muertos
- Aguarda a la puerta
- Ciego
- Deprequemos a dios
- I. Padre Luis: has logrado…
- II. Yo soy un pordiosero. Véme aquí en tu presencia…
- III. Padre Luis: he acabado…
- Profetiza
- I. Vuestro cantar es justo, ya que apenas…
- II. No es vuestro único lauro el de la ciencia…
- III. Yo vi a la iniquidad abrirse el pecho…
- IV. Venturosa niñez, que al genio sigues…
- La lección de la sombra
- I. ¿Qué más es necesario…?
- II. Niñez, ave de luz, ave viajera…
- III. Yo sueño con la luz de la alborada…
- IV. Murió en la sombra el último celaje…
- El niño pobre
- I. ¡No…! Nada tengo yo… Mi alma de niño…
- II. Sigue yendo a la Escuela, sigue yendo…
- Justo y poeta
- I. Atardece, ¿no miras? Ten el estro encendido…
- II. Si una ofensa te hicieron, no recuerdes la ofensa…
- III. Atardece. ¿No miras? ¡Se ha amortajado el campo…
- El penacho de luces
- Varones claros [Póstumo, 1959]
- Escribo
- Demóstenes
- Zorrilla de San Martín
- Sueños de Urbina
- El loco de Génova
- La enferma de los sueños
- El león del sur
- El sol de Padilla
- Nochixtlán
- Tú eres gran varón claro
- El padre Vicente
- El peor de la mesa
- El dedo del cíclope
- Mi vocación de tísico
- I. Vengo de Yanquilandia y ando aquí como ando…
- II. El padre de los pobres…
- III. ¡Oh Dios! que así consternas…
- El padre feliciano
- La piedad de fray Pedro
- De tres amigos que tenía
- El padre Maldonado
- México
- I. Ven, vive aquí donde calcina y tuesta…
- II. Ven, vive aquí donde los vientos dejan…
- III. Ven, ¡oh ilustre viajero!, tu cabaña…
- El mesón de la virgen
- I. Entremos, como tú quieras, por esa vía…
- II. Mesón de la Virgen, pardo mesón caído…
- III. Ya viste cómo he sacado las cosas viejas…
- Muros viejos
- De la casa de Helcías
- I. Pienso que soy pariente del bardo hijo de Helcías…
- II. Encendióse la lucha, formidable y tremenda…
- III. ¡Señor, Príncipe Grande!… Viendo estás el gran luto…
- IV. Pienso que soy pariente del varón Jeremías…
- In Fide et Lenitate
- Pharmaceutria
- I. Cantaremos la musa…
- II. La helada sombra de la noche apenas…
- Tumbas y estrellas [Póstumo, 1959]
- Las estrellas
- Las avispas
- Mis tristezas
- ¡Alto…!
- A mi hermana
- I. Estás enferma, pobre hermana mía…
- II. Al pensar que la tumba poco a poco…
- Enterradores
- Escarban, escarban
- El cementerio de Temaca
- Soy un gran buscador
- Los huesos perdidos
- I. Y… ¡qué juro!…
- II. Su caso triste, original y grave…
- III. Anda lejos la guerra…
- IV. Está enfermo Vicente. Daño grave…
- V. Habló también al cavador; le dijo…
- VI. Está enfermo Vicente…
- VII. Por tinieblas análogas ceñidos…
- Hojas y hiedras
- La humildad
- Bolaños
- Ceniza
- Adán y eva
- La llorona
- A Jesús crucificado
- Meditación
- I. ¿Que porque soy muy joven tardan mucho…
- II. ¡Oh…! ¡si ese instante por mi bien llegara…!
- La tumba del gobierno
- En un sepulcro
- No lo creo
- Sobre una tumba
- I. Yo que llevo en los pies manchas de sangre…
- II. Estaba la extensión del horizonte…
- III. Llora la luz muriente de la tarde…
- IV. Mas ya es fuerza dejar el camposanto…
- V. Adiós, Ruperto, nunca ha de olvidarte…
- La oración de la Patria [Póstumo, 1959]
- El milagro del martes
- I. Soy Juan Diego, el mimado de la Virgen María…
- II. Nuestro himeneo fue en martes. Y que diga la gente…
- III. Dejadme a solas. Quiero con los ojos cerrados…
- Mi Cristo
- La lira colgada
- Gritando a Cristo
- Jerusalén
- Himno indiano
- No volváis a temblar
- Los amores que gritan
- Pésame
- Los miserables
- La silla negra
- Canción de esperanza
- Regreso
- Vaticinando
- Los organillos
- Soñadores
- Ni por eso, señor
- Despedida
- Montañas patrias
- Sé así
- Las dos estrofas
- Las dos locuras
- Su sombra
- Campanero
- A mi piano
- El cercador
- Mi sed
- Mi padre
- I. ¿Que en gran pobreza he nacido…?…
- II. A pesar de mi pobreza…
- Contraste
- Diagnóstico
- I. ¡Qué enfermedad aquella! Se diría…
- II. Viví de sueños en la edad primera…
- La tumba sacudida
- Un soneto
- Bienaventuranzas [Póstumo, 2001]
- Gethsemani
- Yo te saludo
- La felicidad
- Mi casera
- Veintisiete años (2)
- Non omnibus omnia
- El dolor
- Blanca
- Salgamos
- Adiós
- Sueños y sueños
- I. Soñábais, nada más…
- II. Me provoca a la risa vuestro encono…
- Réquiem
- Refugium peccatorum
- Te sigo amando…
- Umbra victi (2)
- La hora del poeta
- Los lloros juntos
- Viejecito Abundio
- Pésame a la santísima Virgen
- Ágabus
- Impresiones de la lectura de, Llama de amor viva
- El amor de los muertos
- Canción de esperanza
- Regreso
- El desastre del nido
- I. Señor: yo sé que el norteamericano…
- II. Yo no sé en qué castigo habrás pensado…
- Gozo
- El reino
- La maldición del agua
- Bienaventuranzas