En estas páginas se presenta una selección de los párrafos más iluminados de la Historia verdadera de la conquista de la Nueva España. Se trata de las descripciones más apasionadas y asombrosas que se quedarían para siempre en la memoria del cronista. Aquí se perciben el azoro ante lo desconocido, la admiración ante las grandezas del mundo mexica, la sentida importancia que el autor confiere a los hechos en los que participa y todo un vértigo de colores, sabores, edificios y multitudes que no parecen sino cosas de encantamiento.
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- Índice
- Capítulo XCI: De la manera e persona del gran Montezuma y de cuán gran señor era
- Capítulo XCII: Cómo nuestro capitán salió a ver la ciudad de México y el Tatelulco, que es la plaza mayor, y el gran cu de su Huichilobos, y lo que más pasó
- Capítulo XCIII: Cómo hicimos nuestra iglesia y altar en nuestro aposento, y una cruz fuera del aposento, y lo que más pasamos, y hallamos la sala y recámara del tesoro del padre de Montezuma, y cómo se acordó prender al Montezuma
- Capítulo XCIV: Cómo fue la batalla que dieron los capitanes mexicanos a Juan de Escalante, y cómo le mataron a él y el caballo y a otros seis soldados, y muchos amigos indios totonaques que también allí murieron
- Capítulo XCV: De la prisión de Montezuma, y lo que sobre ella se hizo
- Capítulo XCVI: Cómo nuestro Cortés envió a la Villa Rica por teniente y capitán a un hidalgo que se decía Alonso de Grado, en lugar del alguacil mayor Juan de Escalante, y el alguacilazgo mayor se le dio a Gonzalo de Sandoval, y desde entonces fue alguacil mayor; y lo que después pasó diré adelante
- Capítulo XCVII: Cómo estando el gran Montezuma preso, siempre Cortés y todos nuestros soldados le festejábamos y regocijábamos, y aun se le dio licencia para ir a sus cues
- Capítulo XCVIII: Cómo Cortés mandó hacer dos bergantines de mucho sostén e veleros para andar en la laguna; y cómo el gran Montezuma dijo a Cortés que le diese licencia para ir a hacer oración a sus templos, y lo que Cortés le dijo, y cómo le dio licencia
- Capítulo XCIX: Cómo echamos los dos bergantines al agua, y cómo el gran Montezuma dijo que quería ir a cazar; y fue en los bergantines hasta un peñol donde había muchos venados y caza; que no entraba a cazar en él persona ninguna, con grave pena
- Capítulo C: Cómo los sobrinos del gran Montezuma andaban convocando e trayendo a sí las voluntades de otros señores para venir a México a sacar de la prisión al gran Montezuma y echarnos de la ciudad
- Capítulo CI: Cómo el gran Montezuma con muchos caciques y principales de la comarca dieron la obediencia a su majestad, y de otras cosas que sobre ello pasaron
- Capítulo CII: Cómo nuestro Cortés procuró de saber de las minas del oro, y de qué calidad eran, y asimismo en qué ríos estaban, y qué puertos para navíos desde lo de Pánuco hasta lo de Tabasco, especialmente el río grande de Guazacualco, y lo que sobre ello pasó