El libro está impregnado de humanismo. El ser humano, como individuo, con sus fuerzas y debilidades, ocupa siempre el centro. ¿Existe una lógica en la trayectoria humana o vivimos sometidos al arbitrario dictado del azar? La división de opiniones ha sido siempre una constante. Pero la búsqueda de leyes que expliquen el proceso humano ha fascinado a muchas personalidades destacadas. Entre ellas, el autor ha elegido a Heráclito, Platón, Vico, Kant, Hegel, Marx, Spengler, Toynbee y Jaspers, a los que dedica la primera parte del libro. El territorio perteneció durante mucho tiempo a los hombres de letras. Sin embargo, desde Darwin, la ciencia ha abierto nuevas perspectivas, enriqueciendo el debate. Y ello hace inevitable que la filosofía, recuperando una antigua tradición, no pueda prescindir del abrazo científico. Bajo este soporte, de ciencia y de especulación, el autor descubre un orden, una lógica, una ley, en nuestro caminar. Y encuentra una explicación para la crisis existencial que invade hoy a muchas personas. Somos, según el autor, unos seres construidos biológicamente por un entorno bien diferente al actual. Por eso vivimos una contradicción, que sólo podrá resolverse mediante la recuperación del equilibrio, esto es, o los hombres modifican el entorno o éste cambiará la presente naturaleza humana. El libro está impregnado de humanismo. El ser humano, como individuo, con sus fuerzas y debilidades, ocupa siempre el centro. Por eso, a los grandes asuntos que le afectan, como el relativo a lo sagrado y a la religión, se les reserva un lugar destacado. El autor tiene una formación académica de ingeniero, y como ejecutivo ha desarrollado una larga trayectoria profesional. Al mismo tiempo, otras disciplinas, como la economía, la historia, la filosofía y la biología le han ocupado grandemente. Este libro es una síntesis de su construcción vital, en la que las letras y las ciencias, el intelecto y la experiencia, lo ideal y lo real, el humanismo y el utilitarismo se funden.