En el momento que la diferencia, la ruptura o el conflicto más radicales llegan al ápice de su expresión es cuando se puede hablar de herida trágica como abismo fundamental y constitutivo. El autor del presente ensayo recurre a la metáfora de la herida para, a través de ellas, estudiar las constantes del texto y del pensamiento. Rescata la tragedia griega, los primeros textos bíblicos y se ampara en el legado de las eternas mitologías para, desde ellas, mirar hacia la modernidad y descubrir la estructura de lo trágico moderno.