Hicimos la luz ... y perdimos la noche: efectos biológicos de la luz

Hicimos la luz ... y perdimos la noche: efectos biológicos de la luz

¿Fue nuestro cuerpo diseñado para un mundo que ya no existe? Durante millones de años hemos habitado un planeta en el que la luz durante el día y la oscuridad durante la noche se alternaban de manera inmutable. Al principio el fuego y, mas adelante, artilugios de iluminación basados en la combustión de grasas, keroseno, o gas, fueron capaces de alterar mínimamente la oscuridad nocturna (se trataba de luz, como la lunar, de muy baja intensidad, y sin efectos biológicos). Sin embargo, desde hace alrededor de cien años, apenas ¡un milisegundo! en la historia de la humanidad, con generalización de las fuentes de luz eléctrica de alta intensidad, ¡hemos perdido la oscuridad natural de la noche! Hemos generado un nuevo contaminante ambiental. Hablamos ya de "polución luminosa". ¿Puede, la luz nocturna, tener algún efecto sobre nuestra salud? ¿Puede, por ejemplo, aumentar el riesgo de padecer cáncer, acelerar el envejecimiento, favorecer la obesidad o influir sobre el desarrollo de algunas patologías? ¿Por qué pensamos que puede ser así? Todos los seres vivos disponemos de un reloj biológico que, en nuestro caso, está situado en el cerebro. Es como un microprocesador que controla la ritmicidad de todas nuestras funciones fisiológicas, para adecuarlas anticipadamente a las necesidades previsibles para cada momento del día y de la noche. Este reloj siempre ha estado controlado por la luz solar, la única fuente natural de luz de alta intensidad. Sin embargo, ahora, con la luz artificial nocturna “confundimos” al reloj biológico, enviándole señales "anómalas" que lo desajustan, provocando algo que denominamos “cronodisrupción”. De esta manera, alteramos la programación de las funciones fisiológicas, con la posibles consecuencias anteriormente enumeradas. En este libro trataremos de estos asuntos, así como de los aspectos positivos (no todo es malo) de la luz artificial, relacionados con la salud.

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  • Dedicatoria
  • Sumario
  • Prólogo
  • Introducción
  • Hoja de ruta
  • I. El fin de la noche –del fuego al LED–. ¿Cómo ha cambiado la luz artificial a lo largo del tiempo?
  • II. ¿Cómo “vemos” la luz? –Ojos ¿para qué os quiero?
  • III. El color de la luz –La vie en bLeu-
  • IV. La luz, el reloj interno y los ritmos de la vida
  • V. Las “tripas” del reloj interno. ¿Tenemos más de un reloj?
  • VI. … Luz, para poner el reloj biológico
  • VII. Melatonina, la reina de la noche
    • lUz, melatonina y reProdUcción estacional
    • acciones antioxidantes de la melatonina
    • lUz, melatonina y ritmicidad circadiana (ciclos vigilia/sUeño)
    • melatonina y hormonas gonadales
    • anexo. la servidUmbre mediática de la melatonina
  • VIII. Luz y ceguera
  • IX. La polución luminosa… o cómo perdimos la noche
  • X. Contaminación luminosa y disfunción circadiana o cronodisrupción
    • Disfunción circadiana (cronodisrupción) por viajes aéreos atravesando varias zonas horarias, el jet lag
    • Disfunción circadiana (cronodisrupción) por exposición a luz durante la noche
    • Disfunción circadiana (cronodisrUPción) Por exPosición alUz dUrante la noche
  • XI. ¿Puede la luz nocturna producir cáncer?
  • XII. … Doctor, ¿la luz engorda?
    • Anexo. genética de la obesidad
  • XIII. ¡Apaguen la luz, que me sube la tensión!
  • XIV. Luz y depresión
  • XV. Luz y pubertad
  • XVI. La luz nocturna ¿acelera el envejecimiento?
  • XVIII. La luz del sol, la vitamina D, los huesos y el cáncer
  • XIX. La luz como “medicina” para el tratamiento de enfermedades. Luminoterapia
    • Luminoterapia basada en la luz como fuente de energía
    • Luminoterapia basada en los efectos de la luz sobre los ritmos biológicos
    • Efectos secundarios de la luminoterapia
  • XX. Luz y producción animal
  • XXI. La luz que habitamos
  • A modo de conclusión
  • Lecturas recomendadas

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