Yoga para colibríes es un caleidoscopio de historias urbanas, un inventario de personajes enrevesados que hilvanan sueños imposibles, tramas policíacas en memoria del cine negro, amores que se despedazan en desamores y encuentros que solo provocan desencuentros. La sensación de vértigo está presente en calles sin nombre, que se entreveran con personajes patidifusos cuando toman el metro, y momentos después parece como si transitaran desde la carrera Séptima de Bogotá con Avenida 19 hacia la Avenida Sexta con Calle 23 de Cali, o desde Coyoacán hasta la Avenida Insurgentes de México, hasta llegar a una playa grisácea en la madrugada de Santa Marta, donde, por azares o tal vez desmemorias, confunden la realidad con la acción, el cine con la vida y la música con los silencios religiosos.