Alí se nutre de lo que hoy asuela a la sociedad y nos lo devuelve con una crudeza tal que no queremos contemplar. Nos acerca al microscopio y allí aparecemos desnudos. Todos los Alís son incómodos. De ver. De tratar. De soportar. Nos hacen removernos en la silla mientras los vemos. Nos dejan delante una bomba de relojería y se van a una tienda a comprar los ingredientes que luego cuecen a fuego lento, macerándolos. Como su odio. Es que ser árabe en Madrid es un fracaso. Que han dicho de la novela: «Benedicte es una de las voces más curiosas y originales de la narrativa española del momento.» Juan Ángel Juristo, Abc «Mis referencias literarias y artísticas son claves: Góngora, Shakespeare y Goethe; T. S. Eliot, Wallace Stevens y Ezra Pound; Baudelaire, Rimbaud y Cavafis; Blas de Otero y David Benedicte.» Pere Gimferrer «Poeta desvelado, de una aspereza clarividente.» Juan Manuel de Prada