Cuando Julieta acude a la lectura del testamento de Sam para entregar una caja con sus pertenencias y poder regresar de inmediato a su vida en donde los problemas con su casa no dejan de agobiarla conoce a Marc Bravo, el heredero y único familiar del anciano. No obstante, no cuenta con la sorpresa que Sam le tiene preparada.
Marc es un hombre frío y distante, completamente diferente a su padre. Un hombre que, a pesar de su atractivo, resulta ser un grosero arrogante que en cuanto descubre que ella ha sido nombrada heredera, no tiene reparos en insinuar que es una cazafortunas, y cuestionar la relación que la unió a su padre.
Sin embargo, una tormenta les obliga a pasar juntos un tiempo que ninguno de los dos desea... ¿o sí?
«Es una novela romántica súper bonita, donde la casualidad o el destino hacen que Julieta y Marc se conozcan y tengan unos momentazos que os van a sacar más de una sonrisa.» Patricia -Los libros de Pat.
«Una pequeña novela encantadora de romance natural y dulce tentación que nos embauca en una aventura mágica maravillosa de gran espontaneidad.» Cristina - Libreando con Cristina Pardo
«Una obra que con sólo leer unas páginas nos atrapa sin remedio y nos envuelve en un halo mágico que, de tal manera que no podremos soltarla hasta terminarla.» Dolores - It¿s Time to Magic
«Perfecta Para Mí me ha encantado. Desde la primera página hasta la última y que pronto ha llegado esa última página- los personajes, los paisajes, las situaciones me han cautivado.» Isabel - Vuelve la página
«Tiene una ambientación trabajada, dos protagonistas ideados con personalidad, una trama creíble, está aderezada con la dosis justa de ternura y promesas de amor y como guinda, un emotivo y bello final feliz.» El Rincón de la Novela Romántica.
'
- Portadilla
- Créditos
- Dedicatoria
- Contenido
- Capítulo 1
- Capítulo 2
- Capítulo 3
- Capítulo 4
- Capítulo 5
- Capítulo 6
- Capítulo 7
- Capítulo 8
- Capítulo 9
- Capítulo 10
- Capítulo 11
- Capítulo 12
- Capítulo 13
- Capítulo 14
- Capítulo 15
- Capítulo 16
- Capítulo 17
- Capítulo 18