La cueva de Salamanca es una referencia obligada en el esoterismo español y aparece con frecuencia en las antologías de la literatura del barroco. Fue incluida en un clásico de la demonología de España, el tratado De disquisitionum magicarum de Martín del Río, de 1600. La cueva era centro de peregrinación de los viajeros que visitaban Salamanca. Este entremés de Miguel de Cervantes, inspirado en dicha historia sirvió de referencia a la obra homónima de Juan Ruiz de Alarcón y también a un poema de Walter Scott. Se cree que en la antigüedad La cueva de Salamanca fue lugar de culto de adoradores del sol. El mito de la cueva está asociado a la figura del marqués don Enrique de Villena, quien siendo inquilino del Diablo logró engañarle y huir de su influjo.